El jueves pasado, Franklin Graham viajó al condado de Lee, Florida, una de las zonas más afectadas por el huracán Ian.
Veintiocho capellanes del Equipo de Respuesta Rápida de Billy Graham (BG-RRT, por sus siglas en inglés) están ministrando en las zonas de Fort Myers, Englewood y Punta Gorda (Florida). Estas tres comunidades sufrieron daños masivos debido a las fuertes lluvias y las grandes marejadas que trajo la tormenta.
Más de 100 personas perdieron la vida a causa del huracán y el número de muertos sigue aumentando.
«Cuando llegas a un lugar como este, que ha sufrido tanta destrucción, es increíble la desesperación y la desesperanza que hay en los corazones de la gente y en sus rostros», dijo Franklin Graham, presidente de la Asociación Evangelística Billy Graham (BGEA, por sus siglas en inglés).
«Queremos que sepan que Dios los ama, que no les ha dado la espalda».
Franklin Graham visitó a Kay Álvarez, su hija Shelley y su yerno Scott, y oró con ellos. Álvarez enviudó recientemente y todos temieron por sus vidas durante la tormenta.
«Tuvieron que subir al ático cuando la oleada de agua entró por la puerta de su casa», dijo Franklin Graham.
Los capellanes capacitados para responder en situaciones de crisis están trabajando junto a Samaritan’s Purse en las tres ciudades para ofrecer atención emocional y espiritual a los residentes que han pasado por tiempos tan difíciles. También están disponibles en la zona dos centros de ministerio móvil de BG-RRT para proveer un espacio para que la gente converse y ore con los capellanes.
«Cuando se atraviesan tormentas como esta, la gente quiere saber si Dios está enfadado o enojado», dijo Franklin Graham. «No, no lo está».
«Todos pasamos por tormentas en la vida. Puede ser cáncer. Puede ser el matrimonio o cualquier otra cosa», continuó Franklin Graham. «Cuando pasamos por tormentas, necesitamos un ancla, y esa ancla es Jesucristo. Jesús dijo: “Nunca te dejaré ni te abandonaré”».
Por favor, sigan orando por los residentes de Florida y otros afectados por el huracán Ian.