Cuando los residentes de Maui oyeron hablar de los vientos huracanados de 65 millas por hora procedentes del sur, nunca esperaron las mortales llamas que traerían consigo.
Los incendios forestales —ahora los más mortales de la historia moderna de los Estados Unidos— arrasaron partes de Maui y diezmaron la ciudad costera de Lahaina, dejando más de 100 muertos, más de 800 desaparecidos, y hectáreas con casas y edificios destruidos.
Richard Brown, nativo de Hawái y director de operaciones y despliegue del Billy Graham Rapid Response Team (BG-RRT), llegó a Maui la semana pasada. Brown ha sido testigo directo de los efectos del terrible incendio.
Sus padres, aún residentes en Hawai, perdieron su casa y su iglesia, y algunos de sus amigos también se han visto afectados.
Uno de los amigos de Brown vio el humo acercarse a su casa a unos 500 metros de distancia y rápidamente le indicó a su familia que se subieran al vehículo para evacuar. En los 10 minutos siguientes, las brasas volaban a su alrededor.
«Cuando iban de salida, su jardín ya se estaba incendiando», relató Brown, al describir la ferocidad del incendio y la conmoción que trajo. «Su casa quedó completamente destruida».
Quince capellanes del BG-RRT ya están ofreciendo atención emocional y espiritual en Maui, y esta semana llegarán más.
No obstante, a medida que los capellanes conversan y oran con los lugareños, han escuchado muchas historias de cómo la gente ha visto a Dios obrar en medio de la oscuridad.
El lunes, uno de los equipos se reunió con una pareja en Kula, Maui, cuya casa permaneció intacta a pesar de que las casas de sus vecinos quedaron reducidas a cenizas. Al ver lo rápido que la vida puede dar un vuelco, la pareja escuchó con atención a los capellanes mientras les explicaban cómo Jesús murió para darles vida eterna haciendo uso de los Pasos hacia la paz con Dios de la Billy Graham Evangelistic Association.
Este matrimonio les dijo que estaban listos para poner su fe, esperanza y confianza en Jesucristo, y los capellanes los guiaron en una oración para aceptar a Cristo como su Señor y Salvador.
Los capellanes de Billy Graham también están ofreciendo consuelo y oración en un centro de asistencia familiar en Kihei, Maui, donde los residentes se han estado reuniendo para ayudar a localizar a sus seres queridos desaparecidos.