Greta* estaba destrozada y llena de culpa por el reciente suicidio de su esposo. Fue entonces cuando encontró PeaceWithGod.net (PazconDios.net) y se puso en contacto con Renee, una voluntaria del chat online del ministerio de evangelización por internet de la BGEA.
«He estado enferma de dolor, sollozando tanto que no puedo sentir ni oír nada», le dijo Greta. «Intento con todas mis fuerzas luchar contra mi propia oscuridad interior… Estoy familiarizada con la muerte, he perdido seres queridos antes, pero la muerte por suicidio es tan compleja, tan diferente».
Greta no sabía cómo sobrellevar tan tremenda angustia, se sentía impotente y abrumada por la idea de que ella le había fallado a su esposo.
Renee escuchó con compasión mientras Greta desahogaba su corazón, expresando sentimientos de culpa y sufrimiento por la gravedad de la situación. Renee compartió sobre el sacrificio de Jesucristo en la cruz, y el perdón completo y la libertad que Él ofrece.
«Nunca he necesitado más a Jesús en mi vida que ahora», dijo Greta. «Necesito ayuda. Soy débil y no puedo luchar sola».
Con un corazón sensible y abierto delante de Dios, Greta oró para recibir el regalo de la salvación, dejando todas sus cargas a los pies de Cristo. Renee también compartió con Greta materiales útiles para animarla y ayudarla a acercarse más a Dios a través de la lectura de su Palabra.
«Bendita seas por esta conversación y los recursos», le dijo a Renee. «Has ayudado a calmar mi corazón».
Libre de toda vergüenza
Sediento de un cambio y en busca de la verdad, Seth* vio un anuncio en Facebook del curso de discipulado gratuito de la BGEA llamado «Conociendo a Jesús». Se inscribió para aprender más sobre lo que significa vivir como cristiano y por medio de ese curso se puso en contacto con Robert, uno de los voluntarios capacitados.
Como mentor, Robert acompañó a Seth en cada una de las cinco sesiones, le brindó palabras de aliento, y respondió a sus preguntas sobre la fe.
A lo largo del curso, Seth leyó la Biblia y se inspiró en la vida de Jesús, sobre todo en cómo trataba a las personas sin importar su condición. Seth había luchado durante años por sentirse aceptado.
Abandonando años de culpa y vergüenza, oró para pedirle perdón a Dios y decidió convertirse en seguidor de Jesús.
«Mi vida cambió así como así», dijo. «Solía ver pornografía casi todas las noches. Ahora me da asco hasta pensar en ello».
Sabiendo que fue Dios quien cambió su corazón, Seth confía en que Él también lo ayudará a vencer la tentación.
«Me humillé ante Dios: soy un pecador y no soy nada sin Él», dijo. «Dios todavía está trabajando en mí y estoy amando cada segundo del proceso».
>> Dios puede ayudarte a superar la tentación y darte una nueva en Cristo. Más información.
*Nombres cambiados por privacidad.