Sarah*, una pequeñita de siete años, se acurrucó en un sillón color arena acompañada de un buen libro dentro de la librería Ruth’s Attic. Muy cerca de ella, su hermana adolescente hojeaba las estanterías.
Este es un escenario familiar para la familia Kirtley, quienes han hecho de Christmas at the Library [Navidad en la biblioteca] una tradición familiar.
«Nos encanta la escena de la Natividad, y la historia de la Navidad», dijo su madre, Nicole Riley-Kirtley. «Hemos venido los últimos cinco o seis años. Mis hijos siempre piensan en los juguetes y en lo que les van a regalar en Navidad, pero nosotros queremos mostrarles que es más que eso», dijo.
«Venir a este evento les da cosas que tocar y preguntas que hacer. Las experiencias que tenemos [aquí] abren esa puerta.
»Nos ayuda a tener esas conversaciones», añadió, refiriéndose a las charlas que ella y su esposo tienen con sus hijos sobre la celebración del nacimiento de Cristo, y también sobre la salvación que Él vino a traer.
>> Planea tu visita a Christmas at the Library. La entrada y el estacionamiento son gratuitos, pero es necesario hacer reservaciones. [Enlace en inglés].
Para no olvidar su visita, Sarah eligió comprar como recuerdo un dije con una pequeña semilla de mostaza.
En la Biblia, Jesús contó en una parábola cómo el grano de mostaza representa el reino de Dios, que empezó siendo pequeño pero sigue creciendo a medida que más personas depositan su fe en Cristo (Mateo 13).
«Para ella, es solo una semillita dentro de un collar», explicó su madre. «Para nosotros, significa que plantaremos mucho más».
Cerca de allí, Kevin Blakley observaba el entorno con detenimiento. Era su primera vez en la Biblioteca Billy Graham. «Hay un espíritu dulce en este lugar», comentó.
Durante su visita, Blakley y su familia se sumergieron en la celebración del nacimiento de Jesús.
«Lo mejor fue ver los miles de luces centelleantes desde el paseo en carroza» dijo, «y la gran corona iluminada en lo alto del silo».
Junto con otros cientos de personas, la familia Blakley se detuvo a contemplar la escena de la natividad en vivo. Camellos, cabras, ovejas y un burro pastaban o dormían plácidamente en el heno mientras los pastores permanecían cerca.
Justo al otro lado de las puertas de la biblioteca se encuentra el recorrido The Journey of Faith, que cuenta la historia de cómo Dios utilizó a Billy Graham para comunicar el Evangelio a lo largo de las décadas.
«He oído las prédicas de Billy Graham toda mi vida», dijo Blakley. Hijo de un predicador, ahora ve los videos de los sermones de Billy Graham.
Varios momentos del recorrido le hicieron llorar, dijo, tales como la nueva exposición que narra los actos conmemorativos y el funeral de Billy Graham en 2018.
«Cuando su cortejo fúnebre tuvo lugar había un cartel en el paso elevado de un puente que decía “Bien hecho”… Eso es lo que todos queremos oír un día», dijo.
Inspiración para la familia de un pastor
Otha y Shamieka Thornton, una matrimonio pastoral de la cercana ciudad de Statesville, Carolina del Norte, acudieron a la biblioteca acompañados de seis de sus siete hijos.
Tras recorrer The Journey of Faith, la madre quedó impresionada por el legado de fe de Billy Graham y por cómo este continúa a través del ministerio de sus hijos. «Fue inspirador ver cómo sus hijos continúan honrando la obra de su padre», dijo.
Como esposa de pastor, Shamieka también se sintió alentada por la vida de Ruth Bell Graham. «Se sentía cómoda y segura en su papel de madre», dijo.
«Cuando estás criando a tus hijos en casa, muchas veces puedes pensar que tu trabajo es insignificante. Pero como dijo [Ruth Bell Graham], ser esposa y madre es uno de los mayores dones que Dios puede dar».
El pastor Otha apreciaba el sentido del humor de Billy Graham y cómo lo utilizaba para relacionarse con la gente. «Él era capaz de hablar con cualquiera, —dijo Thornton—, desde gente ordinaria hasta presidentes».
«Quieres hacer que la gente se sienta cómoda contigo, ser accesible», dijo, «para que la gente esté dispuesta a hablar contigo sin tener una sensación de miedo».
«Me gusta su estilo», añadió. «Es muy singular. Es algo que puedo utilizar hoy en mi ministerio».
Cuando la noche llegaba a su fin, Sarah y su familia se tomaron una foto de familia y reflexionaron sobre su visita. «Esto es algo que esperamos todos los años», dijo su madre.
La familia espera volver para asistir a otros eventos en la biblioteca.
«El personal y los voluntarios son muy amables», dijo Riley-Kirtley. «La gente siempre es amable y simpática, y quiero volver siempre».
*Nombre cambiado por motivos de privacidad.