¿Recibiste a Cristo como tu Señor y Salvador recientemente? Nos gozamos junto con los ángeles del cielo por ello. Sin duda alguna, ¡has tomado la decisión más importante de tu vida!
Ahora que eres cristiano y tienes comunión con Dios, seguramente te gustaría aprender más sobre cómo crecer en tu relación con Cristo. La Biblia se refiere a esto como crecer «en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo» (2 Pedro 3:18, NVI).
Aquí encontrarás algunas ideas que te ayudarán a crecer como un nuevo creyente en Cristo.
1. Lee la Biblia todos los días
La Biblia es la Palabra inspirada de Dios. Además de revelar las Buenas Nuevas del perdón y la vida eterna, en la Biblia encontrarás respuestas a las muchas preguntas que surgirán al intentar vivir una vida que agrade a Dios. La Biblia te ayudará a estar «enteramente capacitado para toda buena obra» (2 Timoteo 3:17).
He aquí algunas sugerencias para comenzar a leer la Biblia diariamente:
- Acepta el reto de leer los libros del Nuevo Testamento en el siguiente orden:
- Una buena idea es leer primero todo el Evangelio de Lucas, un capítulo por día. Esto te ayudará a comprender los hechos básicos relativos al Evangelio y la vida de Jesús.
- Después lee el libro de Hechos, donde se encuentra la fascinante historia de cómo los primeros discípulos de Cristo llevaron las Buenas Nuevas de la muerte y la resurrección de Jesucristo por nuestros pecados.
- A continuación, lee algunas de las cartas que los apóstoles de Cristo escribieron a esos primeros discípulos, todos los cuales eran nuevos en su fe, así como tú. Estas cartas en la Biblia comienzan en la carta a los Romanos y terminan en Tercera de Juan (3 Juan).
- Después, lee uno de los otros tres evangelios: Mateo, Marcos o Juan.
- Siempre que termines de leer una porción de la Biblia, dedica un tiempo a meditar en lo que leíste: estúdialo y analízalo. También es una buena idea pedirle a tu pastor o a un amigo cristiano maduro que te ayuden a encontrar un buen estudio bíblico grupal. La Biblia no solo nos revela a Dios, también contiene más sabiduría que todos los demás libros del mundo.
- Lee el libro de los Salmos (el libro de adoración del Antiguo Testamento). Este libro te ayudará a encontrar palabras para orar y nuevas formas de expresar emociones y sentimientos que tal vez no sabes cómo manifestar.
- Lee el libro de Proverbios para ganar sabiduría y para fortalecer tus relaciones con otras personas.
- Ora pidiéndole a Dios que te dé entendimiento para comprender lo que lees en la Biblia. El Espíritu Santo te ayudará (Salmos 119:18) y entonces comenzarás a ver la vida desde la perspectiva de Dios.
- Siempre que sea posible, habla con otras personas sobre lo que estás aprendiendo.
2. Forja el hábito de orar diariamente
Orar consiste simplemente en hablar con Dios a menudo. Dios quiere escuchar lo mucho que tienes que decirle. Puedes hablarle de tus problemas y del peso de tus aflicciones. La Biblia dice que Él llevará tu carga (Ver Mateo 11:28; 1 Pedro 5:7.)
- Planifica un tiempo específico para orar, preferentemente por la mañana, cuando tu mente está fresca y descansada, y propónte cumplir con este hábito todos los días.
- Elige un lugar tranquilo, donde puedas estar a solas con Dios.
- Lee una porción de la Biblia y medita en lo que leíste, y después dedica un tiempo a la oración.
- Al orar, una buena idea es comenzar alabando y agradeciendo a Dios por quien es Él y por todo lo que ha hecho por ti. Al hacer esto, recordaras quién es el Dios todopoderoso y eterno con el que estás hablando, haciendo que tus problemas recobren su verdadero tamaño y mínima proporción en comparación con Dios.
- Admite tus debilidades. Confiesa todos los pecados de los que tienes conciencia, mencionándolos específicamente delante de Dios. Dios sabe mejor que tú todo lo que has hecho, así que confiesa tus pecados delante de Él, arrepiéntete de ellos y dispón en tu corazón no volver a caer en ellos.
- También es importante que, después de confesar tus pecados, creas en tu corazón que Jesucristo murió por cada uno de ellos, de tal forma que quedas libre de la carga que has venido cargando sobre tus hombros. Esto se llama la certeza del perdón de Dios.
- Al finalizar tu tiempo diario a solas con Dios, pon tu día en sus manos, y recuerda que ahora no estarás solo el resto del día, puesto que Jesús irá contigo en cada paso que des.
3. Aprende a depender del Espíritu Santo
Dios es, en realidad, tres personas en una: Dios el Padre, Dios el Hijo (Jesucristo) y el Espíritu Santo. La Biblia enseña que el Espíritu Santo vive dentro de cada persona que cree en Cristo (ver Juan 14:16-17.) La Biblia dice que el Espíritu Santo, al vivir en tu interior, es tu consejero y es quien te ayuda a comprender la verdad revelada en la Palabra de Dios.
«Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho».
Juan 14:26
4. Asiste regularmente a la iglesia
Al momento de recibir a Jesucristo como tu Señor y Salvador, comenzaste una relación, no solo con Él, sino con todos los demás cristianos en el mundo. Contrario a lo que muchos piensan, la iglesia no es un edificio o templo, sino el conjunto de personas que creen en Jesucristo como su Salvador.
Es importante que encuentres una iglesia cuyo principal objetivo sea predicar la Palabra de Dios y que los presentes crezcan en su relación personal con Jesucristo. Acudir a la iglesia a reunirte con otros creyentes será en una experiencia edificante y satisfactoria.
Al ir a la iglesia:
- Crecerás en tu comprensión de las cosas de Dios al escuchar la enseñanza de la Palabra de Dios.
- Podrás hacer preguntas y comentar cosas de la Biblia con otros.
- Aprenderás a adorar a Dios, lo cual consiste en alabarlo por todo lo que Él es y darle gracias por todo lo que hizo por ti.
- Al adorar, aprender y servir junto con otros cristianos, encontrarás personas con las que podrás formar amistades duraderas (¡amistades que durarán por toda la eternidad!).
5. Sirve a otros
En tu vida cristiana descubrirás que cuanto más te entregues en servicio a los demás, más disfrutarás de tu propia vida cristiana. Esto sucederá porque Cristo mismo vino «no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos» (Mateo 20:28). Habla con tu pastor sobre diversas formas en las que puedes servir en tu comunidad y que te permitan servir a Cristo y de testificar de Él.
«Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica».
Efesios 2:10
6. Aprende a resistir la tentación
Las tentaciones son parte de la vida. Es importante que sepas que ser tentado no es pecado, puesto que Satanás tentó incluso a nuestro Señor Jesús. Así que no te sientas culpable si eres tentado: lo importante es aprender a resistir la tentación por amor a Cristo.
Jesús dijo: «Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil» (Mateo 26:41). Cuando Jesús fue tentado en el desierto, Él le respondió al diablo en cada ocasión citando las Escrituras. Tres veces le dijo: «Escrito está:…»(Mateo 4:4, 7, 10). Del ejemplo de Jesús aprendemos que la mejor forma de resistir la tentación es estar preparado con el conocimiento sólido de las Escrituras.
La Biblia dice:
«Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir».
1 Corintios 10:13
«Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes».
Santiago 4:7