Lectura bíblica: Mateo 27:22-24
La Pascua existe porque Jesús murió por nuestros pecados y conquistó la muerte al salir victorioso de la tumba. Durante la Pascua, celebramos la vida, porque la muerte perdió su aguijón con la resurrección triunfante de Cristo.
Lamentablemente, muchos nunca han experimentado el verdadero significado de la Pascua. Puede que hayan escuchado acerca de Jesús y lo que hizo en la cruz, pero no pueden o no quieren tomar una decisión sobre Él como su Salvador.
>>¿En qué consiste la verdadera salvación?
En la Biblia, encontramos a un hombre que quedará vinculado para siempre a la historia de la Pascua. Él habló directamente con Jesús, lo analizó y, sin embargo, tampoco se atrevió a tomar una decisión sobre qué hacer con Cristo.
Se llamaba Poncio Pilato, y el pasaje de Mateo 27:11-25 nos dice mucho sobre este gobernador romano que supervisó el juicio de Jesús.
En primer lugar, Pilato rechazó la propia confesión de Jesús de quién era Él: el Cristo, el Salvador. Pilato hizo la pregunta y escuchó la verdad (directamente de la boca del Hijo de Dios), pero no decidió dar un paso más allá.
En segundo lugar, Pilato rechazó pruebas claras. Pilato investigó a Jesús y llegó a la conclusión de que era inocente, encontrando que no había cometido ningún crimen. Pilato se dio cuenta de que la única razón por la que Jesús estaba siendo juzgado era la envidia y el odio de los líderes religiosos, sin embargo, rechazó esa verdad.
En tercer lugar, Pilato cedió a la presión. Aunque escuchó las afirmaciones de Cristo y sabía que no había hecho nada malo, a causa de la influencia de la multitud, Pilato decidió condenarlo a muerte sabiendo que era inocente.
Finalmente, Pilato trató de lavarse la culpa de la muerte de Jesús. Sabía que acababa de condenar a muerte a un inocente y que él era el responsable; sin embargo, en un gesto simbólico, se lavó las manos y proclamó que la multitud era culpable de la muerte de Cristo.
Amigos, Pilato tuvo que tomar una decisión. Él sabía la verdad, pero por alguna razón, no pudo tomar una postura clara. En vez de eso, hizo una pregunta: «¿Y qué voy a hacer con Jesús, al que llaman Cristo?» (Mateo 27:22).
Esa es la pregunta que a tantos hoy en día les cuesta responder. Quizás tú seas uno de ellos. En demasiadas situaciones, la gente conoce la verdad pero, como Pilato, ceden a las presiones de los demás y se alejan de Jesús, dejando la decisión para otro día.
Sin embargo, aun la indecisión es una decisión. No tomar la decisión de creer en Cristo, es tomar la decisión de ignorarlo. Y es una que tiene consecuencias eternas.
Si tú sabes que el Señor Jesús ha estado llamando a la puerta de tu corazón, pero has decidido posponer la decisión de seguir a Cristo y hacerlo el Señor de su vida, ahora es el momento perfecto. La muerte y resurrección de Jesús, que celebramos como la Pascua, fue lo que preparó el camino para que te puedas acercar a Dios hoy. Te animo a que recibas esa esperanza y aceptes a Jesús como tu Salvador hoy.
¿Estás listo para entregar tu vida a Cristo? Ora ahora.
Lectura bíblica: Mateo 27:22-24
22 —¿Y qué voy a hacer con Jesús, al que llaman Cristo?
—¡Crucifícalo! —respondieron todos.
23 —¿Por qué? ¿Qué crimen ha cometido?
Pero ellos gritaban aún más fuerte:
—¡Crucifícalo!
24 Cuando Pilato vio que no conseguía nada, sino que más bien se estaba formando un tumulto, pidió agua y se lavó las manos delante de la gente.
—Soy inocente de la sangre de este hombre —dijo—. ¡Allá ustedes!