Devocional de Will Graham: Jesús condenado, un asesino liberado

Lectura bíblica: Mateo 27:15-18, 20-21

Jesús fue juzgado, y tuvo que enfrentarse, no solo al gobernador romano Poncio Pilato, sino también a una turba agitada que buscaba «ejecutarlo» (Mateo 27:20). 

Mientras tanto, en algún lugar en el fondo de la prisión, un hombre llamado Barrabás esperaba su propia ejecución a manos del gobierno.

De los más de 31 000 versículos de la Biblia, Barrabás es mencionado en muy pocos. No hay muchos detalles sobre él desde el punto de vista histórico. Sin embargo, es un personaje increíblemente único en la historia del sacrificio de Cristo en la cruz.

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Cuando el juicio estaba llegando a su fin, tras haber escuchado los argumentos y haber interrogado personalmente a Jesús, Poncio Pilato reconoció que se trataba de una situación injusta y que Jesús había sido acusado solo por envidia (Marcos 15:10). También es probable que supiera que la turba que se había agolpado frente a él había sido incitada por los sumos sacerdotes (Marcos 15:11).

Tal vez se haya tratado de una laguna jurídica, pero Pilato le ofreció a la multitud una alternativa; una oportunidad de alejarse sin derramar sangre inocente. Según la costumbre, Pilato tenía el poder para liberar a un prisionero. Entonces le dio a elegir a la multitud entre Jesús, y el que probablemente era el peor de los condenados a muerte de su lista. «¿A quién quieren que les suelte: a Barrabás o a Jesús, al que llaman Cristo?» (Mateo 27:17).

Era una clara elección entre la inocencia y la maldad, pero la multitud clamó por la sangre de Jesús. Cristo fue condenado a muerte. Barrabás quedó libre.

¿Qué sabemos de Barrabás?

En primer lugar, sabemos que Barrabás era un asesino violento, ladrón e insurrecto. En Marcos 15:7, leemos que Barrabás «… estaba encarcelado con los rebeldes condenados por haber cometido homicidio en una insurrección». Esto se repite en Lucas 23:25, que dice que Barrabás era culpable de insurrección y homicidio. Juan 18:40 (LBLA) añade el robo a los antecedentes penales de Barrabás.

En segundo lugar, Barrabás era muy conocido en aquella época. Aunque a nosotros nos parezca que Barrabás desempeña un papel pequeño en los Evangelios, Mateo 27:16 nos dice que era un «preso famoso». Sus actos violentos habrían sido una noticia importante, incluso en una ciudad relativamente grande como Jerusalén. Cuando los «… jefes de los sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud a que le pidiera a Pilato soltar a Barrabás y ejecutar a Jesús» (Mateo 27:20), sabían exactamente lo que obtendrían en el intercambio.

Por último, sabemos que este intercambio fue un acontecimiento importante en el juicio de Cristo. Aunque muchos escépticos a lo largo de los años han cuestionado la existencia y el papel de Barrabás en los Evangelios, el hecho de que esta transacción se registre en los cuatro libros confirma que este acontecimiento no solo ocurrió, sino que probablemente fue un episodio clave e imprevisto.

¿Qué haces con tu libertad?

Al contemplar a Barrabás, me viene a la mente este pensamiento. Sabemos que Jesús fue colgado en una cruz entre dos ladrones, hecho que también se confirma en los cuatro Evangelios. Había tres cruces. ¿La tercera estaba reservada para Barrabás? ¿Estaba previsto que muriera ese día? ¿Tomó Jesús el lugar de Barrabás en el Gólgota (la colina en la que tuvo lugar la crucifixión)?

Barrabás fue condenado. Ya fuera ese día (como supongo) o más adelante, este asesino, rebelde y ladrón iba a pagar el costo de su insurrección. Estaba en su celda, soportando las cadenas que lo mantenían atado, esperando que llegara su hora.

Pero entonces, inesperadamente, un hombre al que él ni siquiera conocía ocupó su lugar. Aunque su castigo era la muerte, se le dio una oportunidad de redención. Estoy seguro de que cuando escuchó las buenas nuevas, no esperó ni argumentó. Corrió, tan lejos y tan rápido como pudo para alejarse de una muerte segura.

Amigos míos, ¿cuántos de nosotros somos como Barrabás? Somos pecadores, y por tanto estamos destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Dios dice que la pena de nuestro pecado es la muerte eterna (Romanos 6:23). Pero Jesús ya ha pagado esa pena y ha tomado nuestro lugar, dándonos la oportunidad de recibir la vida eterna como un regalo de Dios(Romanos 6:23).

Jesús ocupó el lugar de Barrabás, y este no dudó en aceptar esa sustitución. ¿Lo harás tú?

Preguntas para conversar

  • Ponte en el lugar de Barrabás. ¿Qué emociones habrías sentido en aquella celda de la cárcel, esperando la ejecución segura? ¿Cómo habrías reaccionado al enterarte de que otra persona ocuparía tu lugar en la cruz, y que tú ibas a ser liberado?
  • Si eres un seguidor de Jesucristo, describe la libertad que has encontrado en Él. ¿En qué se diferencia tu vida ahora de la que tenías antes de conocerle como Salvador?

Oración

Querido Jesús, gracias por tomar mi lugar en la cruz. Gracias por pagar la deuda de mi pecado. Gracias por la libertad que ahora tengo en ti. La recibo en el nombre de Jesús, amén.

Lectura bíblica: Mateo 27:15-18, 20-21

15 Ahora bien, durante la fiesta el gobernador acostumbraba soltar un preso que la gente escogiera. 

16 Tenían un preso famoso llamado Barrabás. 

17-18 Así que cuando se reunió la multitud, Pilato, que sabía que le habían entregado a Jesús por envidia, les preguntó: —¿A quién quieren que les suelte: a Barrabás o a Jesús, al que llaman Cristo?

20 Pero los jefes de los sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud a que le pidiera a Pilato soltar a Barrabás y ejecutar a Jesús.

21 —¿A cuál de los dos quieren que les suelte? —preguntó el gobernador.

—A Barrabás.

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