«Hermanos, escojan de entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu y de sabiduría, para encargarles esta responsabilidad».
Hechos 6:3, NVI
Lectura bíblica: Hechos 6:3; 7:54-60
¿Alguna vez has notado cómo las distracciones y tentaciones de la vida pueden cambiar tu ánimo?
Piénsalo. Llegas al trabajo por la mañana con una sonrisa en la cara y una canción en el corazón, cuando de pronto escuchas a un compañero de trabajo hablando mal de tus habilidades delante de tu jefe. ¿Cómo reaccionas?
Más tarde, la tentación te acecha cuando ves la oportunidad de salir bien librado de una situación difícil si tuerces la verdad solo un poquito. ¿Cómo te sientes ahora?
Por último, te das cuenta de un error contable que podría añadir algo de dinero extra a tu nómina si simplemente te quedas callado y no haces nada. Con todas estas frustraciones y tentaciones acumulándose, probablemente no te sentirías muy espiritual al final del día.
El punto es que en nuestra sociedad acelerada, con tantas distracciones a la vuelta de cada esquina, es fácil llenarse de la mentalidad del mundo y no estar lleno del Espíritu Santo. Sin embargo, no hay excusa.
La Biblia incluye el mandato de ser llenos del Espíritu Santo. ¿Qué significa esto? Significa que debemos estar bajo la influencia total del Espíritu Santo de Dios morando en nosotros, ordenando cada uno de nuestros pasos.
Esteban, el primer mártir cristiano de las Escrituras, ofrece una bella imagen de alguien que está lleno del Espíritu Santo, especialmente cuando se le compara con los miembros del Sanedrín, es decir, los líderes religiosos y políticos de la época.
Hechos 6:3 y 7:54-60 ofrecen unas cuantas características centrales de un hombre que se enfrentó a la fría realidad de la muerte a manos de una turba enfurecida.
1. Tener buen testimonio
En primer lugar, alguien que está lleno del Espíritu Santo tiene buena reputación (Hechos 6:3). No es que tener buena reputación nos haga ser llenos del Espíritu Santo, sino, por el contrario, es el Espíritu Santo el que produce el fruto de un buen testimonio. Los miembros del Sanedrín, por el contrario, son llamados asesinos, traidores, tercos y desobedientes (Hechos 7:51-53).
2. Acoger la verdad
En segundo lugar, a diferencia de los miembros del Sanedrín, los que están llenos del Espíritu Santo acogen la verdad (Hechos 7:55-56). Esteban vio a Cristo de pie a la diestra de Dios, y se alegró de encomendar su espíritu a Dios. Por el contrario, los que no estaban llenos del Espíritu comenzaron a «gritar a voz en cuello» porque al escuchar la verdad, querían ahogarla con sus propias palabras (Hechos 7:57). También se taparon los oídos, porque no querían escuchar la verdad.
3. Interceder por los demás
Por último, los que están llenos del Espíritu Santo interceden por los demás (Hechos 7:60). Esteban fue falsamente acusado, falsamente arrestado y estaba a punto de ser apedreado, y aun así oró por aquellos que estaban a punto de asesinarlo. ¡Qué compasión! La única forma en que Esteban pudo hacer esto fue porque estaba lleno del Espíritu Santo.
La eternidad está en juego
Al igual que Esteban, estar llenos del Espíritu Santo debe ser una forma de vida para nosotros. Sin embargo, con demasiada frecuencia solo queremos estar llenos del Espíritu los domingos, y en cuanto salimos del servicio de culto, volvemos a nuestras rutinas mundanas de tareas mundanas, ira, tentaciones «aceptables» o confrontaciones.
Sin embargo, tu eficacia como evangelista de la causa de Cristo depende de vivir una vida llena del Espíritu Santo. Si eres alguien que realmente quiere alcanzar a los perdidos —una motivación que todos los creyentes deberían compartir—, necesitas no solo predicar el Evangelio con tus palabras, sino ponerlo de manifiesto en tu vida diaria. Si has estado compartiendo el Evangelio con un amigo del trabajo, pero vives una vida pecaminosa que en nada se distingue de la de los no creyentes, es probable que estés haciendo más daño que bien al Reino de Dios.
Por el contrario, si tomas las distracciones, frustraciones y tentaciones de este mundo y las enfrentas con la pureza, la verdad y la compasión del Espíritu Santo, los demás querrán saber qué es lo que te motiva a ser diferente. Querrán saber qué es eso que tú tienes y ellos no.
Amigos míos, sean llenos del Espíritu Santo. La eternidad está en juego.
¿Estás viviendo una vida que agrada a Dios? ¿O estás siguiendo tu propio camino? Quizá haya llegado el momento de volver a casa con el Padre. Haz un compromiso con Jesús hoy.
Lectura bíblica: Hechos 6:3; 7:54-60
Hechos 6:3
3 Hermanos, escojan de entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu y de sabiduría, para encargarles esta responsabilidad.
Hechos 7:54-60
54 Al oír esto, rechinando los dientes montaron en cólera contra él. 55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo y vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios.
56 —¡Veo el cielo abierto —exclamó—, y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios!
57 Entonces ellos, gritando a voz en cuello, se taparon los oídos y todos a una se abalanzaron sobre él, 58 lo sacaron a empellones fuera de la ciudad y comenzaron a apedrearlo. Los acusadores le encargaron sus mantos a un joven llamado Saulo.
59 Mientras lo apedreaban, Esteban oraba.
—Señor Jesús —decía—, recibe mi espíritu.
60 Luego cayó de rodillas y gritó:
—¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado!
Cuando hubo dicho esto, murió.