Diez cosas que debes saber sobre el sufrimiento

1. El sufrimiento es consecuencia de la caída.

Dios le advirtió a Adán que comer del fruto prohibido traería como resultado la muerte (Génesis 2:16-17). Romanos 5:12 confirma que esto sucedió después de la caída de Adán: «Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo y por medio del pecado entró la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron». La muerte (así como el dolor y el sufrimiento que la acompañan) vino como resultado de ese primer pecado y de los pecados que seguimos cometiendo. El dolor, el sufrimiento y la muerte, en sí mismos, no son buenos.

2. Dios usa el sufrimiento para bien.

Afortunadamente, Romanos 8:28 nos dice que «sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito». Dios no dice que nuestro dolor sea bueno, pero usa el dolor para obrar para nuestro bien de una manera milagrosa y misteriosa.

Una de las formas en que Dios utiliza el dolor es para despertarnos y llevarnos a Él. En tiempos de prueba, nuestra tendencia puede ser huir de Dios, enfadarnos con Él o idolatrar las comodidades del mundo. Charles Spurgeon lo expresó muy bien cuando nos animó a ver que Dios está con nosotros en nuestro dolor. Se le atribuye la frase: «He aprendido a besar las olas que me lanzan contra la Roca Eterna». Debemos darnos cuenta de que Dios tiene el control sobre todas nuestras circunstancias y que Él es bueno. En nuestro dolor, debemos abrir los ojos y ver que nuestras circunstancias nos están llevando directamente a Dios.

«El cristianismo enseña que el objetivo no es eliminar el dolor y la debilidad en esta vida, sino que Dios obre en nosotros y a través de nosotros en nuestro dolor».

3. No siempre podemos ver lo que Dios está haciendo en nuestro dolor.

Agustín escribió sobre Dios y nuestras circunstancias: «Si lo entiendes, no es a Dios a quien entiendes». Apenas podemos arañar la superficie de la intencionalidad, la creatividad y la sabiduría de la obra de Dios. ¿Quién puede aconsejarle o criticar su obra? Proverbios 16:4 dice: «Toda la obra del Señor tiene un propósito». Podemos confiar en que Dios siempre está haciendo más de lo que podemos comprender.

4. Dios usa el sufrimiento para hacernos madurar como cristianos.

Santiago 1:2-4 dice: «Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce perseverancia. Y la perseverancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros sin que les falte nada». Las pruebas pueden recibirse con gozo porque sabemos que Dios está haciendo que nuestra fe persevere. Él nos está haciendo más como Cristo, y eso siempre es para nuestro beneficio.

5. Perseverar a través del sufrimiento nos permite consolar a otros cuando sufren.

Dios nos lleva a través del sufrimiento para que podamos consolar a otros que están sufriendo. El pasaje de 2 Corintios 1:3-4 dice: «Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren». Las personas más capaces de llevar las cargas de otros son aquellas que han necesitado que alguien les ayudara a llevar sus propias cargas en el pasado.

6. El sufrimiento abre oportunidades ministeriales que nunca habrías soñado.

Al crecer con un cuerpo sano, nunca imaginé que algún día mi vida y mi ministerio incluirían animar a los que sufren y ayudar a quienes cuidan de ellos. Ahora sufro un dolor constante: todos los días tengo la sensación de quemaduras y dolores agudos en ambos brazos. No puedo ponerme el cinturón de seguridad, abrir una botella de agua, abrocharme la camisa ni darle la mano a mis amigos. En los últimos dos años, he comenzado a sentir síntomas similares en las piernas. Algunos días el dolor es agonizante. La mayoría de las noches tengo dificultades para dormir y la depresión me ha envuelto en más de una ocasión.

¡No obstante…! La gracia de Dios se ve en los refulgentes rayos de luz que brillan a través de las oportunidades que Él me ha dado para animar a otros. Él me ha concedido la gracia de pastorear desde la debilidad y de dar testimonio a otros de su amor incansable. Nunca habría elegido ni soñado un ministerio como este: el Señor ha hecho cosas maravillosas.

7. Dios se mueve a través de la debilidad y el sufrimiento, y no a pesar de ellos.

El cristianismo enseña que el objetivo no es eliminar el dolor y la debilidad en esta vida, sino que Dios obre en nosotros y a través de nosotros en nuestro dolor. Pablo tenía un aguijón o espina en la carne, y le pidió a Dios varias veces que se la quitara, pero permaneció. Uno podría preguntarse cuán asombroso habría sido el ministerio de Pablo si no hubiera tenido esa espina. Pero Dios no usó a Pablo a pesar de su espina, sino a través de ella. Dios no actúa a pesar de nuestro sufrimiento, sino a través de él. La debilidad es la forma en que Dios actúa en este mundo.

8. Nuestra perspectiva terrenal sobre la duración del sufrimiento es muy diferente a la de Dios.

Noé construyó un arca y esperó el diluvio. Abraham esperó durante años a tener un hijo con Sara. José estuvo en prisión durante años. Moisés vagó por el desierto durante cuarenta años. Ana lloró continuamente por un hijo. David vagó por el desierto huyendo de un rey malvado durante trece años. Jeremías predicó y no vio frutos durante varias décadas. Pablo enfrentó un encarcelamiento tras otro. Encontramos una perspectiva saludable sobre la perseverancia en medio de las pruebas en 2 Corintios 4:17, cuando dice: «Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento».

«El sufrimiento y la muerte son inevitables para todos nosotros, pero podemos tener esperanza porque hay Uno que nos ha precedido en la muerte».

9. El sufrimiento puede impulsarnos a vivir en comunidad.

Mi sufrimiento me ha llevado a depender de la comunidad de creyentes para recibir ayuda, servicio, aliento y oración. Aunque pedir ayuda es en sí mismo una lección de humildad, trae consigo la ventaja adicional de la amistad. Pienso en todas las veces que mis amigos Chris y Scott han conducido por mí a lo largo de los años; pienso en las palabras de aliento de Glen; pienso en las llamadas de John desde el otro lado del mundo y en los mensajes de texto de Darren y Kieron. Cuando resistimos el impulso de aislarnos, Dios nos bendice con una dulce comunión.

10. El cristianismo ofrece la única solución al sufrimiento.

Todas las demás religiones tienen medios insuficientes para afrontar y resolver el dolor y el sufrimiento. Algunas presentan planes para escapar de la realidad del dolor. Algunas enseñan formas de apaciguar a los dioses. Algunas pregonan filosofías kármicas. Algunas se centran en realizar ciertas obras para alcanzar un paraíso en el que no habrá dolor y habrá placer ilimitado.

Pero solo el cristianismo ofrece verdadera esperanza a los que sufren. El sufrimiento y la muerte son inevitables para todos nosotros, pero podemos tener esperanza porque hay Uno que nos ha precedido en la muerte. Jesucristo, verdaderamente Dios y verdaderamente hombre, vivió una vida sin pecado en nuestro lugar. Enfrentó diversas tentaciones y pruebas: la traición de los más cercanos, la burla, la angustia emocional, la agonía física y, sobre todo, el juicio de Dios Padre.

Cuando Jesús estaba colgado en la cruz cargando con el peso de los pecados de su pueblo, no solo enfrentó la peor muerte terrenal imaginable (reservada solo para los peores criminales), sino que también enfrentó la copa rebosante de la ira de Dios. 

Sin embargo, la historia no termina con la muerte de Jesús.

Tres días después, salió de su tumba: Jesús resucitó de entre los muertos. La resurrección de Cristo significa que nuestro dolor, nuestras pruebas e incluso nuestra muerte no son el final de la historia. 

Dave Furman es el pastor fundador de la iglesia Redeemer Church de Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos.

©2018 Dave Furman. Publicado, traducido y utilizado con permiso de Crossway, un ministerio editorial de Good News Publishers, Wheaton, IL 60187. www.crossway.org. Traducido por BGEA.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en la revista Decision.