Hace unos años, Cissie Graham Lynch observó una tendencia entre sus amigos cristianos. Conseguían un trabajo al terminar la universidad, se mudaban cerca del mismo, encontraban una nueva iglesia, y poco tiempo después perdían el contacto con ella.
Estos amigos, que solían ser fieles creyentes, aproximadamente seis semanas después se alejaban de la fe.
«Si de pronto dejaban de hablarme, [sabía] que algo estaba pasando en su vida espiritual».
En el último episodio de su pódcast Fearless, Lynch invitó a la autora Alisa Childers a hablar sobre el cristianismo progresista [también conocido como cristianismo progresivo], un movimiento del que se ha empezado a hablar con más frecuencia en fechas recientes y que pretende «redefinir» la fe cristiana.
Y que fue la causa del inesperado cambio en las creencias de sus amigos.
En realidad se trata de un movimiento dentro del cristianismo, explicó Childers. «Se trata de personas que conservan la etiqueta de cristianos, pero buscan reexaminar, redefinir y, a menudo, rechazar las afirmaciones fundamentales del Evangelio cristiano histórico».
>> Escucha aquí el pódcast completo en inglés.
«Al acercarse a estos grupos, mucha gente piensa que simplemente se trata de un grupo de cristianos que están haciendo “más trabajo”, o que quizá solo tienen una opinión diferente en algunos temas sociales», compartió Childers.
Sin embargo, hay mucho más detrás.
Se trata de un camino muy resbaladizo para quienes no tienen un conocimiento y un fundamento firme en la Palabra de Dios.
En su libro Another Gospel [¿Otro Evangelio?], Childers relata una experiencia personal cuando su propio pastor la instó a cuestionar sus creencias con la intención de guiarla a deconstruir su fe. Durante años, ella luchó con preguntas profundas hasta que Dios intervino y la condujo de vuelta a su verdad.
En el fondo, el cristianismo progresista es una religión diferente, explicó. Se trata de un conjunto de creencias que «te presenta un Dios diferente y un Jesús diferente. No es un Jesús que pueda salvarte».
Discernimiento de la verdad
¿Cómo puede un cristiano reconocer las señales de advertencia de esta falsa enseñanza? La respuesta está en conocer bien la Biblia y estudiarla a profundidad.
«Tenemos que conocer la Palabra de Dios tan bien que cuando una interpretación falsa de las escrituras aparezca en nuestras redes sociales o la escuchemos en un sermón, seamos capaces de detectarla al instante», afirma Childers.
O cuando menos, nos haga levantar una bandera roja.
En el pódcast, Childers mencionó varias señales que pueden ayudarnos a identificar si la doctrina que estamos escuchando se está desviando hacia el cristianismo progresista. Estos son algunos de los fundamentos básicos del cristianismo que suelen negar.
– La Biblia es la Palabra de Dios
«En muchas iglesias progresistas puedes oír algo como que la Biblia es un libro humano escrito sobre Dios, en lugar de un libro divino o la Palabra de Dios exhalada a través de escritores humanos».
Comentó que cuando escuchas a alguien decir cosas como: «“No estoy de acuerdo con el apóstol Pablo”, cuidado, puesto que al decir eso la Biblia deja de ser la palabra inspirada por Dios y pasa a considerarse la opinión personal de un conjunto de autores».
– Dios es la autoridad suprema
Otro tema mencionado por Childers es que en el cristianismo progresista la máxima autoridad ya no es Dios ni las Escrituras, sino la conciencia personal.
«Si hay algo en la Biblia que te parece cuestionable o si ves al Dios del Antiguo Testamento haciendo algo que te parece que Dios no haría eso, entonces… lo tomas como una oportunidad para reinterpretar ese verso, o incluso para decir: “bueno, quienes escribieron esto… solo estaban tratando de entender a Dios”».
En la conversación, Cissie Graham Lynch resaltó que podemos ver cómo eso afecta a nuestra cultura actual. «Nuestra cultura está muy orientada a los sentimientos. Podemos elegir ser quien queramos ser. Podemos elegir nuestra propia sexualidad, nuestro propio género. No hay una verdad absoluta».
– Los fundamentos de nuestra fe
Otra señal es que todas las doctrinas que se han considerado centrales en la historia del cristianismo ahora se presentan como abiertas a la reinterpretación.
«En la Biblia, Primera de Corintios 15 registra un credo para nosotros. Dice que esto es de suma importancia. Los cristianos entendemos que hay fundamentos de nuestra fe y «no podemos estar en desacuerdo, por ejemplo, acerca de la resurrección de Jesús. ¿Verdad?… Pero en el cristianismo progresista… todas las doctrinas se cuestionan y se ponen más o menos al mismo nivel».
– El verdadero Evangelio
Childers explicó que si bien en el cristianismo progresista hay una gran diversidad de creencias e interpretaciones, «… hay algunas que casi todos tienen niegan en común… niegan la existencia del infierno, el sacrificio expiatorio de Jesus en la cruz y la idea de que el pecado nos separa de Dios».
El cristianismo progresista no solo está afectando a las iglesias, sino que se está infiltrando en las escuelas, en los hogares y en otros muchos lugares.
«Es especialmente confuso para los estudiantes», atestigua Childers. «Están confundidos por una cultura que les dice que tienen que mirar dentro de sí mismos y averiguar ahí quiénes son, y luego usar eso como carta de presentación delante del mundo».
Los cristianos debemos tener conciencia de que estas doctrinas falsas pueden infiltrarse con relativa facilidad en nuestras iglesias.
Y debemos tener especial cuidado con las enseñanzas bíblicas que aparecen en nuestras redes sociales y verificar si coinciden con una comprensión integral de las Escrituras.
«Si conoces bien [la Biblia] y tienes un fundamento firme para creer que lo que dice es verdad, entonces serás capaz de detectar la falsa interpretación», dijo. «Tenemos el Espíritu Santo; tenemos la Palabra de Dios para ayudarnos a guiarnos en estas cosas».