Oración de Billy Graham para un Año Nuevo

Padre nuestro y Dios nuestro:

Al comenzar este nuevo año, confesamos nuestra necesidad de tu presencia y tu guía mientras afrontamos el futuro.

Cada uno de nosotros tiene esperanzas y expectativas para el año que tenemos por delante, pero solo Tú sabes lo que nos depara, y solo Tú puedes darnos la fuerza y la sabiduría que necesitaremos para afrontar los retos que vendrán. Ayúdanos, pues, a poner humildemente nuestras manos en las tuyas, a confiar en ti y a buscar tu voluntad para nuestras vidas durante este año que comienza.

En medio de las incertidumbres de la vida en los días venideros, asegúranos la certeza de tu amor inmutable.

En medio de las inevitables decepciones y sinsabores de la vida, ayúdanos a acudir a ti en busca de la estabilidad y el consuelo que necesitaremos.

En medio de las tentaciones de la vida y de nuestra obstinada voluntad, ayúdanos a no perder el rumbo, sino a tener el valor de hacer lo que es correcto delante tus ojos, cueste lo que cueste.

En medio de nuestras preocupaciones y afanes cotidianos, abre nuestros ojos a las penas e injusticias de este mundo herido y caído, y ayúdanos a responder con compasión y sacrificio a los desamparados y necesitados. Que nuestra oración constante sea la del salmista: «Enséñame, Señor, a seguir tus decretos, y los cumpliré hasta el fin» (Salmo 119:33, NVI).

Oramos por nuestra nación y sus dirigentes en estos tiempos difíciles, y por todos los que tratan de consolidar la paz y la justicia en este mundo peligroso y atribulado. Oramos especialmente por tu protección sobre todos los que sirven en las fuerzas armadas, y te damos las gracias por su compromiso de defender nuestras libertades, aun a costa de sus propias vidas. Acompaña también a sus familias y házles conocer tu amor y lo mucho que te importan.

Trae unidad a nuestra nación, Señor. Que no haya más división. Danos una visión más amplia de lo que Tú quieres que seamos. Tu Palabra nos recuerda: «Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor» (Salmo 33:12).

Al echar la vista atrás, te agradecemos por tu gran bondad para con nosotros, mucho más grande de lo que merecemos. Que nunca nos jactemos de tu bondad pasada ni olvidemos todas tus misericordias para con nosotros, sino que estas nos lleven al arrepentimiento y a un nuevo compromiso de hacer de ti el fundamento y el centro de nuestras vidas este año.

Así pues, Padre nuestro, te damos gracias por la promesa y la esperanza de este nuevo año. Lo esperamos con expectación y con fe. 

Te lo pido en nombre de nuestro Señor y Salvador, que con su muerte y resurrección nos ha dado esperanza tanto para este mundo como para el venidero.

Amén.

©  2008 Saturday Evening Post Society. Usado con permiso.