360 millones. Ese es el número de cristianos que actualmente son perseguidos alrededor del mundo a causa de su fe: hombres, mujeres y niños que arriesgan su vida por seguir a Jesús.
¿Por qué estas personas se aferran tan firmemente a una fe que podría costarles la vida? La respuesta está en la esperanza que brinda el Evangelio y en los fundamentos de lo que significa ser cristiano.
Billy Graham lo dijo una vez de esta forma: «Un cristiano es una persona que confía en Jesucristo para su salvación eterna y busca seguirlo en su vida diaria. En otras palabras, un cristiano está comprometido con Jesús como su Salvador y su Señor (o maestro)».
Aquí está una lista de cuatro aspectos centrales del Evangelio que motivan a la gente de todo el mundo no solo a mantener su fe, sino a tener esperanza en y a través de la persecución.
1. El personaje principal: Jesucristo
Hace unos 2000 años, un niño nació en un establo. Es muy posible que ya hayas escuchado la historia detrás de por qué los cristianos la celebran cada Navidad.
Ese bebé era Jesucristo, una persona única en la historia, quien era —y es— totalmente Dios y totalmente hombre.
Esto es muy difícil de entender.
La Biblia, la Palabra de Dios, describe la humanidad de Jesús. Trabajó, durmió, pasó hambre y lloró, igual que nosotros.
Jesús fue plenamente humano y fue tentado como nosotros; sin embargo, no cayó en la tentación. El escritor de Hebreos declara «Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado» (Hebreos 4:15).
Sin embargo, la Biblia también demuestra en más de una ocasión que Jesús era Dios. No solo Jesús mismo afirmó su carácter divino (ver Juan 8:58; Juan 10:30; Juan 5:17-18), sino que también resucitó a personas de entre los muertos, perdonó pecados e hizo huir a los demonios. Todas estas son acciones que solo Dios podría hacer, puesto que Él tiene autoridad sobre todo.
2. El problema: el pecado
Desde que Adán y Eva cometieron el primer pecado en el Jardín del Edén, la humanidad ha estado plagada de pecado. La Biblia dice en Romanos 3:23: «… pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios».
¿Has mentido alguna vez? ¿O has engañado? ¿O te has creído mejor que otra persona? Todo eso es pecado, es decir, son cosas que a Dios le molestan profundamente porque Él es eterna y perfectamente justo.
Billy Graham explicó: «[Los seres humanos] nos hemos rebelado contra Dios, y por eso, dice la Biblia, estamos “A causa de la ignorancia que los domina y por la dureza de su corazón… alejados de la vida que proviene de Dios…(Efesios 4:18)”. ¡Pero Jesucristo vino a salvarnos y a hacernos parte de su familia para siempre! Lo hizo muriendo por nuestros pecados en la cruz y venciendo a la muerte mediante su resurrección».
3. La solución: la cruz y la tumba vacía
Dios, en su gracia y misericordia, no dejó a la humanidad con un problema sin solución. Al pagar la pena que nuestros pecados merecían en la cruz, Él reparó lo que estaba roto desde el principio del tiempo, y lo arregló para siempre. Franklin Graham dijo: «La única cura para el pecado es el arrepentimiento y la fe en el Señor Jesucristo, quien llevó la culpa y el castigo por nuestros pecados en la cruz, resucitó de entre los muertos al tercer día, y ahora está vivo para siempre… La persona que confía en la obra expiatoria de Cristo es perdonada, y ya no está bajo la ira de Dios, sino que ha recibido un nuevo corazón que busca agradar y honrar al Señor».
Jesús tenía que ser hombre para morir, y tenía que ser Dios para ser el sacrificio y el pago por el pecado. La profundidad del pecado de la humanidad requería un sacrificio perfecto.
«El sacrificio de Jesús fue tan perfecto que purificó todo, desde nosotros los seres humanos, hasta el mismo cielo», dijo Will Graham. «Ese sacrificio nunca tuvo ni tendrá que repetirse: fue suficiente para eliminar el juicio que merecíamos».
4. El destinatario: tú
Toda esta verdad debe inspirar en nosotros una reacción, un deseo de apartarnos del pecado y correr hacia Dios y seguir a Jesucristo.
La Biblia habla del fruto que viene en tu vida después de que entregas tu vida a Cristo, tales como el amor, la bondad, la paz y la alegría.
«Habrá amor en tu corazón por tu prójimo si estás en Cristo», predicó una vez Billy Graham.
«No será un amor que solo salga de tus labio: será un amor verdadero y de corazón. Cuando entregues tu vida a Cristo, experimentarás un sentimiento de ternura, quebrantamiento y perdón hacia aquellos que te han herido, Habrá alegría en tu corazón. … Y entonces habrá paz».
Como ves, el cristianismo no es solo una religión, es más bien una relación que nace del amor. Es la historia de un Dios grande y amoroso que se entregó a sí mismo para resolver el problema en el que todos los seres humanos están enredados.