Una oración para cuando sentimos que la vida no tiene sentido

Aún siendo creyentes, con tantas crisis que causan estragos y dolor en nuestro mundo, es fácil sentirse abrumado. Pero enfocarnos en nuestro Padre celestial y no en las tormentas que se arremolinan a nuestro alrededor, puede llenarnos de paz y darnos la fortaleza que necesitamos para cada día.

El primer paso consiste hablar con Dios honestamente acerca de tus temores y entregar tu vida en sus manos amorosas. Te invitamos a orar estas palabras junto con Will Graham:

Señor, hay muchas veces que nos encontramos en situaciones de la vida que no entendemos. ¿Por qué me pasó esto? Ahí es cuando decidimos simplemente decir: «Señor, no importa. Puede que no lo entienda todo, pero soy todo tuyo y voy a confiar en ti. Aunque no entiendo por qué estoy pasando por esto ni comprendo plenamente lo que estoy viviendo, Señor, sé que Tú tienes planeado lo mejor para mí, y confío plenamente en ti». Ayúdanos a tener esa fe simple y poderosa de que Tú nos usarás dondequiera que nos envíes. Ayúdanos a crecer espiritualmente y a vivir por fe. En el nombre de Jesús oramos. Amén.

>>Tú puedes decidir poner hoy creer que Jesucristo ya pagó la deuda por tus pecados.

Descansa en estos 15 reconfortantes versículos de la Palabra de Dios.

Tómate unos momentos para empaparte de estos pasajes de las Escrituras y deja que te sostengan en los días que tienes por delante.

«El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá amedrentarme?».

—Salmo 27:1

«El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes».

—Deuteronomio 31:8

«Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta».

—Salmo 23:4

«Él enaltece a los humildes y da seguridad a los enlutados».

—Job 5:11

«El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!».

—Lamentaciones 3:22-23

«La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden».

—Juan 14:27

«Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia».

—Salmo 46:1

«Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación».

—2 Corintios 1:3

« Que sea tu gran amor mi consuelo, conforme a la promesa que hiciste a tu siervo».

—Salmo 119:76

«Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo».

—Juan 16:33

«Y, si dijera: «Que me oculten las tinieblas; que la luz se haga noche en torno mío», ni las tinieblas serían oscuras para ti, y aun la noche sería clara como el día. ¡Lo mismo son para ti las tinieblas que la luz!».

—Salmo 139:11-12

«Ustedes los cielos, ¡griten de alegría! Tierra, ¡regocíjate! Montañas, ¡prorrumpan en canciones! Porque el Señor consuela a su pueblo y tiene compasión de sus pobres».

—Isaías 49:13

«Dichosos los que lloran, porque serán consolados».

—Mateo 5:4

«Encomienda al Señor tus afanes, y él te sostendrá; no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre».

—Salmo 55:22

«Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor».

—Romanos 8:37-39