A su imagen


 
«Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu».
—Salmos 51:10

Fuiste creado a la imagen y semejanza de Dios. Fuiste creado para tener comunión con Dios. Tu corazón nunca podrá encontrar satisfacción sin esa comunión. Así como el hierro es atraído por el imán, el alma en su forma más pura es atraída por Dios. Aunque tú, como miles de personas, puedas sentir que el mundo es más atractivo a causa del pecado, algún día, tal vez incluso mientras lees estas palabras, reconocerás que hay algo muy profundo dentro de ti, que no puede ser satisfecho con nada que exista sobre la faz de la tierra. Luego, con David, el salmista que probó los manjares del pecado y los encontró insatisfactorios, dirás: «Oh Dios, tú eres mi Dios; yo te busco intensamente. Mi alma tiene sed de ti; todo mi ser te anhela, cual tierra seca, extenuada y sedienta» (Salmo 63:1).

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Oración de hoy

Cuánto te anhelo, Dios, pero muchas veces mi corazón se aparta de ti. Como David, deseo y te pido que me des un corazón limpio.