«Proclamaré tu nombre a mis hermanos…» —Salmos 22:22
Hay personas cerca de ti, en tu propia comunidad, que necesitan el poder regenerador de Cristo. Puedes llamarlos por su nombre. Te sugiero que hagas una lista y comiences por pasar tiempo en oración por ellos. Pídele a Dios que te enseñe a testificarles y a ganar sus almas para Cristo. Sus vidas pueden ser transformadas por el mensaje que tú les des. Debes compartir ese evangelio que has recibido. Si Cristo ha hecho algo por ti, entonces compártelo. Al hacerlo, ¡estás mostrando misericordia! ¡Así como has recibido la misericordia de Dios mediante el perdón de los pecados y la promesa de la vida eterna, así debes mostrar misericordia! ¡Al mostrar misericordia, no solo recibirás misericordia, sino también encontrarás una felicidad vivificante!