«Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí». —Juan 10:14
A menos que Dios se muestre a nosotros a través de la experiencia personal, nunca podremos conocer realmente a Dios. Muchos de nosotros sabemos algo acerca de Dios, pero eso es muy diferente a conocerlo personalmente. Aprendemos sobre Él a través de los organismos de la iglesia, la escuela dominical, las actividades de los jóvenes y los servicios de adoración. Mucha gente cree que por participar en estas actividades puede dejar de buscar a Dios. Sin embargo, una cosa es que te presenten a una persona, y otra muy distinta es conocerla personalmente.
Señor, en verdad Tú eres el buen Pastor que me guía cada día. Ayúdame a amarte y a conocerte de forma más profunda para que otras personas puedan ser llamadas a tu redil.