«Pero yo soy como un olivo que florece en la casa de Dios y siempre confiaré en su amor inagotable». —Salmos 52:8, NTV
Abre tu Biblia y lee las maravillosas historias de personas que estuvieron solas en entornos pecaminosos, pero que, con la ayuda y la presencia del Dios viviente, hicieron una maravillosa contribución en su propia época.
José, por ejemplo, estaba rodeado de pecados e intrigas en Egipto. La esposa de su amo intentó seducirlo y tuvo que pasar la dura prueba del encarcelamiento, sin embargo, a pesar de todo, siempre confió en Dios y buscó conocer y hacer su voluntad. Ahora, José se presenta como un magnífico ejemplo del poder de Dios para fortalecer y sustentar a aquellos que creen en Él.