El gozo de compartir


 
«… ofrezcamos un sacrificio continuo de alabanza a Dios, mediante el cual proclamamos nuestra lealtad a su nombre».
—Hebreos 13:15, NTV

Jesús sabía que una de las pruebas reales de nuestra sumisión a Dios es nuestra disposición a compartir con los demás. Si no mostramos  misericordia hacia los demás, esa es una prueba de que nunca hemos experimentado la misericordia de Dios. Emerson seguramente estuvo leyendo el indicador de la misericordia humana cuando escribió: «Lo que eres habla tan fuerte que no puedo escuchar lo que dices». A Satanás no le importa cuánto teorices sobre el cristianismo o cuánto profeses conocer a Cristo. A lo que se opone con firmeza es a que vivas como un verdadero seguidor de Cristo.

Hace un tiempo, una señora escribió y dijo: «Tengo 65 años. Todos mis hijos están casados, mi esposo ha muerto y soy una de las personas más solitarias del mundo». Se le sugirió que encontrara una manera de compartir su fe religiosa y sus bienes materiales con aquellos que le rodeaban. Escribió unas semanas después y afirmó: «Soy la mujer más feliz de la ciudad. He encontrado una nueva alegría y felicidad al compartir con los demás». ¡Eso es exactamente lo que Jesús prometió!

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Oración de hoy

No hay mayor gozo, Padre, que compartir tu amor. Ayúdame a transmitir eso en todos mis tratos con los demás.