El poder purificador de Cristo


 
«... ¡Cuánto más la sangre de Cristo... purificará nuestra conciencia de las obras que conducen a la muerte, a fin de que sirvamos al Dios viviente!»
—Hebreos 9:13-14

Tener una conciencia cargada y culpable siempre conlleva sufrimiento. Los psicólogos pueden definir el sentimiento como un complejo de culpa y encontrarle una explicación lógica; sin embargo, una vez que ese sentimiento ha despertado en nuestro corazón a causa de la aplicación de la ley dada por Dios, ninguna explicación calmará la insistente voz de la conciencia.

Más de un criminal se ha entregado voluntariamente a las autoridades porque las acusaciones de una conciencia culpable eran peores que estar tras las rejas de la prisión. La Biblia enseña que Cristo limpia nuestra conciencia. Tener una conciencia limpia y por fin ser libre de su acusación constante es una experiencia única, sin embargo, no es la limpieza de la conciencia la que nos salva. Solo la fe en Cristo salva: una conciencia limpia es el resultado de haber confiado en el sacrificio de Cristo para nuestra salvación y conseguir así una buena relación con Dios.

>>¿Te gustaría tener una conciencia limpia hoy? Acércate a Cristo en arrepentimiento. 

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Oración de hoy

Padre, estoy asombrado de la magnitud de tu perdón.