«Síganme —les dijo Jesús—, y los haré pescadores de hombres». —Mateo 4:19
¡Jesús mismo fue el primer misionero! No se quedó de brazos cruzados y dejó que acudieran a Él aquellos que estaban interesados en sus enseñanzas. Él fue donde estaban los enfermos, los afligidos y los entristecidos y les explicó su mensaje de gozo, sanidad y salvación. Incluso a una edad temprana, fue al templo y les enseñó a los doctores de la ley, quienes habían estado arraigados en las antiguas tradiciones. Encontró la forma de llegar a la costa e intervino en la vida de los trabajadores más comunes y les dijo: «Síganme, y los haré pescadores de hombres». Dondequiera que iba, desafiaba, desarraigaba y cambiaba a las personas. Después de un tiempo, lo clavaron en una cruz porque había alterado sus formas de vida egoísta, segura y engreída. ¡Jesús no solo fue misionero, sino también comisionó a sus seguidores a ser misioneros!