«Y acercándose Jesús, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra».
—Mateo 28:18 (LBLA)
Respeta la autoridad. Jesucristo estaba bajo la autoridad de Su Padre celestial.
Él vivió por una razón: para cumplir la voluntad del Padre. Todos estamos sujetos a algún tipo de autoridad. Existe una jerarquía de mando, y la máxima autoridad en la cima es Dios mismo.
¿Cuál es la autoridad en tu vida? ¿Será tu egoísmo? ¿Tu lujuria? ¿Tu avaricia? O ¿has entregado todo a Dios y declaras «Señor, tú serás mi autoridad»? Una vez que te sometas a la autoridad, entonces podrás asumir una posición de autoridad.