«También pido en oración que entiendan la increíble grandeza del poder de Dios para nosotros, los que creemos en él. Es el mismo gran poder que levantó a Cristo de los muertos». —Efesios 1:19-20, NTV
Jesús les dijo a sus discípulos que el mundo los odiaría. Serían «como ovejas en medio de lobos». Serían arrestados, azotados y llevados ante gobernadores y reyes. Incluso sus seres queridos los perseguirían. Como el mundo odiaba y perseguía a Jesús, también sus siervos serían tratados de esa manera. Miles de cristianos han descubierto el secreto del contentamiento y el gozo en las pruebas. Algunos de los cristianos más felices que he conocido han sido aquellos que han sufrido toda su vida. Tenían razones válidas para suspirar y quejarse al ser privados de tantos privilegios y placeres que veían que los demás disfrutaban; sin embargo, habían encontrado una mejor causa para agradecer y tener gozo que muchas personas prósperas, vigorosas y fuertes.
En todas las épocas, los cristianos han sido capaces de mantener el espíritu de gozo a la hora de la prueba. En circunstancias en que muchos hubieran caído, ellos se levantaron y aprovecharon las circunstancias para servir y glorificar a Cristo.
Señor Jesús, permítenos ser conscientes de la necesidad de regocijarnos en ti constantemente y transcender las circunstancias, sin importar cuán desesperadas sean, y verte como nuestra esperanza y gozo.