Alguien afirmó: «No puedes evitar ver la primera vez, pero voltear a ver una segunda vez es pecado». Jesús indicó que puedes participar en la inmoralidad sexual con una simple mirada. La Biblia pone a la concupiscencia de los ojos junto con los demás pecados mayores. Escucha: «Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida— proviene del Padre, sino del mundo» (1 Juan 2:16). Pedro habló de tener «los ojos llenos de adulterio» (2 Pedro 2:14). No es de extrañar que Job afirmara: «Yo había convenido con mis ojos no mirar con lujuria a ninguna mujer» (Job 31:1). Tus ojos ven solo lo que tu alma les permite ver.