«Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos».
—Hebreos 13:8
La Biblia indica: «Está establecido que los seres humanos mueran una sola vez». A la mayoría de las personas les parece que esto es cruel y lúgubre; el epítome de la desesperanza. Se han inventado cientos de filosofías y montones de religiones para eludir la Palabra de Dios. Los filósofos y los psicólogos modernos todavía están tratando de hacer parecer que el camino de Jesús no es la única salida. Sin embargo, los seres humanos han probado todas estas «alternativas» y ninguna de ellas lleva a ningún lado sino a la decadencia. Cristo vino a darnos las respuestas a los tres grandes problemas inherentes al ser humano: el pecado, el dolor y la muerte. Es Jesucristo, y solo Él, quien también es eterno e inmutable, «el mismo ayer y hoy y por los siglos». Todo lo demás puede cambiar, pero Cristo permanece inmutable.
En el agitado mar de las pasiones humanas, Cristo permanece firme y en calma, listo para recibir a todos los que se vuelvan a Él y acepten sus bendiciones de seguridad y paz. Porque ahora vivimos en un tiempo en el que Dios ofrece toda su gracia, en la que Dios promete que «el que quiera» puede venir y recibir el perdón de sus pecados por medio del sacrificio de su Hijo. No obstante, este tiempo de gracia no durará para siempre. Incluso ahora estamos viviendo en un tiempo prestado.
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Jesús, aunque nuestros amigos y conocidos cambien, Tú siempre serás el mismo. Gracias por tu amor inmutable.