La felicidad


 
«Así que no se preocupen por el mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. Los problemas del día de hoy son suficientes por hoy».
—Mateo 6:34, NBLA

El Rey Jorge V escribió en la solapa de la Biblia de un amigo: «El secreto de la felicidad no es hacer lo que se quiere hacer, sino aprender a querer lo que se tiene que hacer». Muchos piensan que la felicidad es como algún tipo de espejismo que se descubre mediante una investigación constante e implacable. Pero la realidad es que no se puede encontrar mediante la búsqueda. No es un objetivo en sí. Nunca hubo ollas de oro al final del arco iris, como solíamos pensar cuando éramos niños; el oro se extrae del suelo o se criba trabajosamente desde un arroyo de la montaña.

Jesús les dijo una vez a sus discípulos: «Busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas». Las «cosas» de las que hablaba eran las cosas que nos hacen sentir felices y seguros: comida, bebida, ropa y refugio. Nos dijo que no hagamos de ellas el objetivo principal de nuestra vida, sino que «busquemos el reino» y estas necesidades se suplirán automáticamente. Ahí está el secreto de la felicidad, si lo aceptamos.

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Oración de hoy

Perdóname, Padre, por los momentos en que estoy ansioso. Tú has prometido ocuparte de todas mis necesidades.