«Sus hijos se levantan y la felicitan». —Proverbios 31:28
Solo Dios aprecia por completo la influencia de una madre cristiana en la formación del carácter de sus hijos. Alguien dijo alguna vez: «De tal madre, tal hija». La mayoría de los personajes nobles y los buenos líderes de la historia tuvieron buenas madres temerosas de Dios. Se dice que la madre de George Washington era piadosa y que la de Sir Walter Scott era amante de la poesía y la música. Por el contrario, la madre de Nerón era una asesina, y la disoluta madre de Lord Byron era una mujer orgullosa y violenta. La influencia de una madre sobre la vida de sus hijos no se puede medir. Ellos conocen y absorben su ejemplo y sus actitudes cuando se trata de cuestiones de honestidad, templanza, bondad y diligencia.