«¡Dichoso el que confía en el Señor!» —Proverbios 16:20
Hay muchos aspectos en nuestra naturaleza que nos dejan perplejos. Muchas personas se sienten perturbadas cuando enfrentan el inquietante enigma de su propia existencia. Se sienten desconcertados por su propensión al pecado y al mal. Se estremecen y tiemblan ante la idea de su incapacidad para hacer frente a sus propias vidas.
En Cristo puedes encontrar las respuestas a preguntas tales como: ¿Quién soy yo?, ¿Por qué nací?, ¿Qué hago aquí? y ¿A dónde voy?. Todas las grandes preguntas de la vida pueden encontrar una respuesta cuando vienes por fe a Jesucristo y lo recibes como tu Señor. Deja que Él sea tu piloto. Solo Él puede quitar las preocupaciones de la vida.