Necesidad de sabiduría
«El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán».
—Mateo 24:35
Se está acabando el tiempo. Los segundos pasan rápidamente, acercándonos a la medianoche. La raza humana está a punto de dar el salto fatal. ¿En qué dirección debemos ir? ¿Hay alguna autoridad? ¿Hay algún camino que podamos seguir? ¿Podemos encontrar un libro de códigos que nos dé la clave para resolver nuestros dilemas? ¿Hay alguna fuente de autoridad a la que podamos recurrir? ¿Acaso hemos sido puestos aquí por un creador o una fuerza desconocidos sin dejarnos al menos una pista con respecto a por qué estamos aquí, de dónde vinimos y a dónde iremos?
La respuesta es «no». No tenemos un libro de códigos; pero sí tenemos una clave. Sí tenemos material de fuente fidedigna. Se encuentra en el libro antiguo e histórico que llamamos la Biblia. Este libro ha llegado a nosotros a través de los siglos. Ha pasado por muchas manos, ha aparecido en múltiples formas y ha sobrevivido ataques de toda clase. Ni el vandalismo bárbaro ni la erudición civilizada han podido tocarlo. Ni el fuego ardiente, ni la risa del escepticismo han logrado su aniquilación. Durante las varias épocas oscuras del ser humano, sus gloriosas promesas han sobrevivido sin cambios.
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Oración de hoy
¡Cuántas veces doy por sentado el privilegio de poder leer la Biblia! Por favor, perdóname, Señor.