«Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales». —Efesios 6:12
Jesús trabajó toda su vida. Sin embargo, la obra más grande que Él hizo no fue en la carpintería; tampoco en las bodas de Caná, donde convirtió el agua en vino. Su obra más grande no fue cuando hizo que los ciegos vieran, que los sordos oyeran, que los mudos hablaran; ni siquiera cuando hizo que los muertos resucitaran. Su obra más grande no fue cuando enseñó como uno que tiene autoridad o cuando mordazmente denunció a los fariseos por su hipocresía. La obra más grande que Él hizo no estaba en el programa ético que le presentó a la humanidad, ese programa que llegó a ser la base de la cultura occidental. Entonces, ¿cuál fue su obra más grande? Su obra más grande se realizó en esas tres horas oscuras en el Calvario. La mayor obra de Cristo fue Su muerte por nosotros.