«Y Noé hizo todo según lo que Dios le había mandado». —Génesis 6:22
Un día Dios le habló a Noé sobre la maldad de la raza humana. Las acciones de los hombres y las mujeres le habían dolido en el alma. Dios le dijo que tenía la intención de enviar un diluvio que destruiría a la humanidad; y le dijo a Noé que construyera un arca para salvar a su gente y a los animales. La Biblia señala que Noé le creyó a Dios.
Ahora, Noé nunca había visto un diluvio; nunca había visto una lluvia de 40 días. No tenía un mapa meteorológico, ni una fotografía satelital, ni un meteorólogo que le dijera que una gran tormenta se acercaba. Lo único que tuvo para seguir era la Palabra de Dios. No obstante, cuando vino el diluvio, Noé y su familia se salvaron, y el resto de la generación fue arrastrada.
Noé se salvó porque puso su confianza en Dios. Los días de Noé volverán al mundo; y una catástrofe tan grande como el diluvio les espera a aquellos que rechazan entrar al arca de la salvación, que es Jesucristo mismo.