«… que todo el mundo conozca tus proezas y la gloria y esplendor de tu reino». —Salmos 145:12
Hace algunos años escuché sobre un clérigo que tenía un amigo que era actor. El actor estaba atrayendo a mucha gente, mientras que el clérigo estaba predicando para unas cuantas personas en la iglesia.
Entonces le dijo a su amigo actor:
—¿Por qué atraes a grandes multitudes, y yo no tengo público? Tus palabras son pura ficción y las mías son una verdad inmutable.
La respuesta del actor fue bastante simple.
—Yo presento mi ficción como si fuera verdad; tú presentas tu verdad como si fuera ficción.
Me temo que muchas veces nosotros los cristianos damos la impresión de que la verdad es ficción por la manera en que vivimos y por la falta de pasión con la que vivimos las enseñanzas de nuestro Señor.