«¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?» —1 Corintios 15:55
En cierto sentido, la muerte es la experiencia más democrática de la vida, puesto que todos participamos en ella. Pensamos que solo les sucede a otras personas y no nos gusta la idea de que necesariamente tendremos que envejecer ni morir. La Biblia enseña que la muerte es un enemigo del ser humano y de Dios. Sin embargo, la Biblia también enseña que este enemigo, la muerte, será destruido finalmente y para siempre; que, de hecho, ya ha sido derrotado gracias a la Cruz y la resurrección de Jesucristo.
Para aquel que ha puesto su fe en Jesucristo, la muerte en realidad trae la libertad del mal para toda la eternidad. También significa que el creyente será como Jesús. Seremos como Cristo, en amor. Nuestro ego interviene en gran parte de todo lo que hacemos aquí en la tierra; pero un día, en Cristo, seremos capaces de amar perfectamente. ¡Qué glorioso momento será cuando lleguemos al cielo!