Esfuércense por demostrar los resultados de su salvación obedeciendo a Dios… —Filipenses 2:12 (NTV)
Los que hemos hablado con jóvenes no necesitamos encuestas para saber la destrucción que por lo general causa la actividad sexual permisiva. Se vuelve cancerosa en el cuerpo, en la mente y en el carácter de aquellos que se complacen, casi sin excepción. Hay otras víctimas, entre ellas espectadores inocentes como los padres, los abuelos, los viejos amigos, los profesores y los consejeros, que están mucho más preocupados de lo que tú puedas imaginarte. Ellos solo quieren lo mejor para ti. Algo menos que un viaje conyugal feliz les da dolor. La sabiduría de sus años dice que las relaciones prematrimoniales siempre son un error.
La Biblia enseña que Dios creó el sexo. Él hizo “hombre y mujer” (Gén. 1:27). Entonces dice: “Dios miró todo lo que había hecho, y consideró que era muy bueno” (Gén. 1:31). Esto incluía la atracción sexual y natural entre el hombre y la mujer que había creado. Por lo tanto, ¡el sexo no es pecado! Es el regalo de Dios para la raza humana. Es para la procreación; para disfrutar dentro de los lazos del matrimonio; para la consumación del amor conyugal.
Todos los regalos que nos has dado son para que disfrutemos dentro de la estructura de tus mandamientos, Padre celestial. Mantenme siempre consciente de tus enseñanzas.