«Aprovechando al máximo cada momento oportuno». —Efesios 5:16
Somos administradores de nuestro tiempo. Dios nos ha dado a cada uno de nosotros un «trozo de eternidad» llamado «tiempo». Dios distribuyó estos momentos dorados de oportunidad para nuestro beneficio y para su gloria. Si los usamos sabiamente, las manos del Dios omnipotente los tejerán en la tela de la eternidad.
Henry Thoreau advirtió: «No podemos matar el tiempo sin herir la eternidad». «El que no tiene visión de la eternidad», afirmó Carlyle, «no tiene control sobre el tiempo». «Una sola vida que pronto pasará; solo lo que se ha hecho por Cristo perdurará» es el sentimiento de todo ser humano que desea ser un buen administrador de su tiempo para la gloria de Dios. Se nos ha confiado una pequeña parte del capital del tiempo. Si lo invertimos de manera sabia, pagará dividendos por toda la eternidad.