Transformados por la gracia


 
«Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios».
—2 Corintios 5:21

Agustín fue uno de los más grandes teólogos de todos los tiempos. Cuando era joven, era montaraz, intemperante e inmoral. A pesar de las súplicas y oraciones de su madre, empeoró en vez de mejorar. Sin embargo, un día tuvo un encuentro personal con Jesucristo que transformó su vida. Su desasosiego y práctica de pecado desaparecieron. Se convirtió en uno de los grandes santos de todos los tiempos.

John Newton era un comerciante de esclavos en la costa oeste de África. Un día, en medio de una tormenta en el mar, conoció a Jesucristo. Regresó a Inglaterra y se convirtió en clérigo anglicano. Escribió decenas de himnos, uno de los cuales se ha convertido en la famosa canción «Sublime gracia».

Esto es lo que Cristo puede hacer por todos los que depositen su confianza en Él.

>> ¿Estás listo para depositar toda tu confianza en Jesucristo y dejar que Él te transforme?

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Oración de hoy

Tu sublime gracia transformó incluso mi vida indigna; ¡Te amo, Señor Jesús!