«En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti». —Salmo 119:11
Cuando vengan las tentaciones, te sugiero que le pidas fuerzas a Dios, y también que te muestre la salida que Él ha preparado para ti. Otro consejo: asegúrate de no colocarte intencionalmente en una posición en la que puedas ser tentado. No todos estamos sometidos a las mismas debilidades y tentaciones. Para una persona, el alcohol puede ser una gran tentación; para otra, los pensamientos o actos impuros; para otra, la avaricia y la codicia; para otra, la crítica y la actitud fría. Sea lo que sea, puedes estar seguro de que Satanás te tentará en tu punto débil, no en el fuerte. Nuestro Señor nos ha dado un ejemplo de cómo vencer las tentaciones del diablo. Cuando Él fue tentado en el desierto, siempre derrotó a Satanás usando la Biblia como respuesta.