«Solo los necios dicen en su corazón: “No hay Dios”. Ellos son corruptos y sus acciones son malas; ¡no hay ni uno solo que haga lo bueno!» —Salmos 53:1, NTV
Vivimos como una pequeña hormiga sobre esta partícula de polvo en el espacio. Sin embargo, obtenemos un doctorado y nos vanagloriamos en el escenario y declaramos: «Bueno, no sé si existe Dios». Y ni siquiera podemos controlarnos a nosotros mismos. Ni siquiera podemos evitar destruirnos. Ni siquiera podemos evitar fabricar armas nucleares que podrían destruir el mundo. Ni siquiera podemos evitar odiarnos, pelearnos y matarnos unos a otros. Ni siquiera podemos evitar robarnos entre nosotros. Ni siquiera podemos evitar morir, porque todos vamos a morir. No me extraña que la Biblia afirme: «Solo los necios dicen en su corazón: “No hay Dios”» (Salmo 14:1). Porque una persona que niega la existencia de Dios es un necio.