«Ámense los unos a los otros con amor fraternal». —Romanos 12:10
Vivir de manera creativa para Cristo en el hogar es la prueba de fuego para todo cristiano. Es mucho más fácil tener una vida excelente entre tus amigos, cuando te esmeras y eres consciente de la opinión pública, que vivir para Cristo en tu hogar. Tu propio círculo familiar sabe si Cristo vive en ti y a través de ti. Si eres un verdadero cristiano, no darás lugar al mal genio, a la impaciencia, a la crítica, al sarcasmo, a la falta de amabilidad, a la desconfianza, al egoísmo ni a la pereza en el hogar. En su lugar, demostrarás a través de tu vida diaria el fruto del Espíritu, que es amor, alegría, paz, paciencia y todas las demás virtudes cristianas que completa una personalidad semejante a Cristo.