Galería: Capellanes ministran en Highland Park

Después de que un desfile del 4 de julio en Highland Park, Illinois, terminara con un tiroteo mortal, Robert y Frieda Roulds, coordinadores de capellanes del Equipo de Respuesta Rápida de Billy Graham (BG-RRT, por sus siglas en inglés), se desplegaron para ofrecer atención emocional y espiritual a la devastada comunidad.
Al menos seis personas de entre 35 y 78 años de edad perdieron la vida en el repentino ataque. Entre los fallecidos se encuentran los padres de un niño de dos años. Más de 30 personas resultaron heridas.
Muchas veces la gente no entiende por qué suceden tragedias como esta, pero los capellanes ayudan conversando con la gente y ayudándolos a ver que Dios es un Padre celestial amoroso.
Highland Park está situado a solo 27 millas de Chicago, pero es conocido por ser una zona segura. De hecho, esa es la razón por la que Ana* se mudó a la pequeña ciudad, según le dijo a los capellanes. El desfile del lunes era el primero al que asistía, y quedó desconsolada al ver que un evento tan divertido se convirtió en tragedia. El capellán oro con ella, pidiendo a Dios que le devolviera la alegría y que la ayudara a sentir el amor de Cristo. 
En tiempos difíciles, las oraciones pueden hacer una gran diferencia.
«¿Cómo lo estás afrontando?», le preguntó Frieda Rouls a una mujer sentada en un banco del parque. Marielle* (no aparece en la foto) le dijo que el tiroteo tuvo un gran impacto en ella puesto que padece un trastorno de estrés postraumático tras ser testigo de un asesinato en su adolescencia. Cada crisis trae de vuelta el recuerdo, el dolor, el miedo y el daño de aquella tragedia, agudizando su depresión. Aun así, Marielle dijo: «Sé que el Señor es mi Salvador, y aunque lucho contra una profunda depresión, Él sigue siendo mi Señor». Freida se tomó unos minutos para orar con ella. 
Un hombre desconcertado se sienta bajo la cinta de precaución en las calles de Highland Park.
Un monumento conmemorativo improvisado honra las vidas de los fallecidos.
Los Rould se dieron cuenta de que Macey* lloraba de forma casi incontrolable en el lugar de la conmemoración. Macey les dijo que ella y su novio habían asistido al desfile, a pocos metros de donde estaban ahora. Cuando comenzaron los disparos, Macey y su novio corrieron con sus dos grandes perros hacia un callejón. Mientras los dos se escondían en un contenedor de basura, dudando si sobrevivirían, escucharon a quien creen que era el tirador que se dirigía hacia ellos, maldiciendo a Estados Unidos. Las lágrimas corrían por su cara mientras Macey explicaba que se deshizo de su decoración roja, blanca y azul por lo que escucho a ese hombre decir. Dio crédito a Dios por haber salvado sus vidas y por haber mantenido a sus perros tranquilos y en silencio mientras el desconocido pasaba. Dos horas más tarde, un agente los encontró y les aseguró que estaban a salvo. Los capellanes les ofrecieron su empatía por lo que habían pasado y oraron con ellos. La pareja terminó la conversación abrazando a los capellanes y dándoles las gracias por escuchar. 
Por favor, ora por sanidad para la comunidad de Highland Park.

*Nombre cambiado por razones de privacidad.