En los primeros meses de 1981, el equipo que preparaba la cruzada de Billy Graham en la Ciudad de México enfrentó grandes dificultades para encontrar una sede para los eventos. En un paso de fe, Billy Graham abordó el vuelo con destino a esta gran ciudad cuando su equipo aún no conseguía un espacio para el evento. El equipo continuó orando incesantemente y justo antes de que aterrizara el avión, recibieron la respuesta a sus oraciones.
La Arena México, espacio famoso por los espectáculos de lucha libre, con apenas 16 500 asientos y escaso espacio adicional, no era la sede ideal para la Cruzada. Sin embargo, Dios tenía un plan.
La arena se llenó a su máxima capacidad en cada uno de los cinco días que duró el evento, y los miles de personas que no consiguieron entrar improvisaron reuniones de adoración y oración en las calles cercanas.
El mensaje de Billy Graham fue el mismo que predicó toda su vida: que Cristo nos ama tanto que murió en nuestro lugar, y que Él nos llama a arrepentirnos, a dejar atrás el pecado y darnos la vuelta para comenzar una vida nueva siguiéndolo a Él.
Cuando Billy Graham hizo su llamado característico a aquellos que estuvieran listos para hacer un compromiso público con Jesucristo, no había espacio para «pasar al frente». Solo les pidió que se pararan en silencio y permanecieran en sus lugares.
Miles se pusieron de pie y los consejeros comenzaron a acercarse para orar con ellos y darles seguimiento.
«La ciudad nunca había tenido una exposición similar al Evangelio», resaltó un periódico de la época.
Más de cuatro décadas después, el hijo de Billy Graham, Franklin Graham, llevará un nuevo evento evangelístico a la Ciudad de México, la ciudad con mayor número de hispanohablantes en el mundo.
El Festival Esperanza CDMX tendrá lugar en la Arena CDMX el 11 y 12 de febrero, y contará con la participación de líderes de alabanza tanto locales como internacionales, tales como Marcos Witt, Miel San Marcos, Nadia y Michael W. Smith.
Preparando el terreno
El Festival Esperanza CDMX será la culminación de un gran esfuerzo que comenzó a planearse desde 2019, pero que fue pospuesto a causa de la pandemia de COVID-19.
«Incluso durante la pandemia, nosotros salimos a tocar las puertas, iglesia por iglesia y casa por casa de los pastores», dijo Chris Swanson, director del festival. «Oramos con ellos, los animamos, y nos dijeron que nadie más se les había acercado para ofrecerles oración o una palabra de aliento durante la pandemia».
Ahora que las restricciones por la pandemia se han reducido, particularmente durante el último año se han organizado muchos eventos en preparación para el Festival.
La Billy Graham Evangelistic Association (BGEA) ha venido trabajando de la mano con las iglesias locales para ofrecer la capacitación de evangelismo llamada «Clase de vida y testimonio», en la que las personas aprenden a compartir su fe. Hasta la fecha, más de 24 000 personas han tomado la Clase de Vida y Testimonio, y miles más recibirán esta capacitación en las próximas semanas.
El movimiento «Generación de Esperanza» ha reunido a más de cinco mil jóvenes en diversos eventos en los que han sido animados a hablar con otros acerca de Jesucristo. Un último evento de este tipo tendrá lugar el 21 de enero, en el cual los jóvenes serán animados a salir a compartir el Evangelio a las calles y a repartir invitaciones para el Festival Esperanza CDMX.
También se han realizado cuatro Festikids, en los cuales más de 7000 niños han escuchado el mensaje del Evangelio y de los cuales 1900 han orado para recibir a Jesucristo como su Señor y Salvador.
Además, las iglesias formaron una red de intercesión y han venido orando desde hace casi dos años. Más de cinco mil creyentes se comprometieron a orar por el Festival de Esperanza sin cesar, y toman turnos para que alguien esté orando en todo momento.
La mies es mucha
La BGEA asiste a diferentes ciudades del mundo por invitación de las iglesias evangélicas locales. En esta ocasión, más de 2000 iglesias de diferentes denominaciones han sumado fuerzas a fin de que el Evangelio sea proclamado en su ciudad.
«Es la sed de la Palabra de Dios», comentó David Ruíz, evangelista asociado de la BGEa y miembro del comité organizador del evento. «Varias personas no regresaron a la iglesia tras la pandemia, y muchas iglesias tienen fe en que este evento será el medio que Dios use para traer una cosecha fresca».
Según Swanson, la Ciudad de México es una de las zonas del país con menor representación evangélica, y tiene uno de los números más bajos de iglesias evangélicas per cápita en el país.
«La necesidad del Evangelio es probablemente más grande en la Ciudad de México que en ninguna otra parte del país», dijo Swanson. «También hemos descubierto que una gran proporción de las iglesias en la ciudad tienen un número muy bajo de congregantes.
»Nuestra oración y objetivo es que veamos a miles unirse al reino de Dios al rendir sus vidas a Cristo. Eso es lo único que hace que todo este esfuerzo valga la pena», afirmó Swanson. “También tengo la esperanza de que después de este festival, la iglesia evangélica en México pase por un proceso de avivamiento y que realmente esté comprometida con la misión diaria de compartir el evangelio».