La emoción y la anticipación en torno al Festival Esperanza CDMX con Franklin Graham en la Ciudad de México ha ido creciendo entre las iglesias locales.
Después de que Billy Graham celebrara una Cruzada allí hace más de 40 años, los pastores dicen que el regreso de su ministerio a esta ciudad no podría haber llegado en mejor momento.
Las historias individuales de cómo la iglesia se ha unido para este Festival, y cómo los eventos que lo han precedido han tocado vidas y transformado ministerios, animan aún más a los creyentes a esperar una gran cosecha.
Tal es el caso del pastor Moisés Reznick.
Moisés Reznick, judío de nacimiento, era un conocido miembro de la comunidad judía de México. Durante su infancia le dijeron, como a la mayoría de los niños judíos, que el cristianismo era peligroso y que se mantuviera lejos de los cristianos. Pero un día de 2007, Reznick tuvo un encuentro con Jesús y, tras comprender plenamente que Jesús era el Mesías, decidió comenzar a seguirlo.
Reznick descubrió, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, cómo Jesús es realmente el tan esperado Salvador del mundo y el Hijo de Dios. Años después de eso, el Señor guió a Reznick a abrir una congregación judía mesiánica en la Ciudad de México en 2013.
Sin embargo, Reznick estuvo a punto de dejar el ministerio en 2019. Casi siete años habían pasado desde que él y su esposa abrieron la congregación, pero esta había tenido un crecimiento lento e inconciso.
«Me sentía agotado. Sentía que estaba llevando todo el peso del ministerio y el liderazgo por mí mismo», dijo Reznick. «Sentía que muy pocas personas se esforzaban en el ministerio y que solo a mi esposa y a mí nos importaba».
Tras ser invitado a formar parte de Esperanza CDMX, Reznick recibió una invitación a un evento dirigido por el pastor español José Luis Navajo, que tenía como objetivo animar a los pastores de la Ciudad de México.
«El pastor Navajo dio un mensaje dirigido precisamente a los pastores cansados. Fue realmente un mensaje de Dios para mí», dijo Reznick. «Habló de todo lo que yo estaba sintiendo, y nos recordó que no estamos solos en el ministerio, sino que fue Dios mismo quien nos puso ahí.
»Recuerdo que también dijo que los pastores a menudo nos centramos en hacer el ministerio y nos olvidamos de ser el ministerio… Nos animó a ver que Dios nos ama tanto que nos encargó hacer su ministerio aquí [en la tierra], y que si lo miramos desde la perspectiva de Dios, deberíamos sentirnos honrados de que nos haya llamado a formar parte de su obra».
Cuando escuchó ese mensaje, Reznick supo que Dios lo había enviado a ese evento por una razón, y dijo que escuchar ese mensaje cambió su corazón y su perspectiva sobre su llamado.
«Sentí que después de ese sermón hubo como una liberación de presión dentro de mí, una liberación de la carga», compartió Reznick. «Me ayudó a ver que Dios está a nuestro lado llevando la carga del ministerio. Me ayudó a ver el ministerio no como una carga, sino como un honor».
Los efectos de esta transformación tuvieron un efecto, no solo en su propia actitud hacia el ministerio, sino en toda su congregación.
«El Señor proporcionó un nuevo lugar para nuestra congregación después de los primeros meses de la pandemia, y cuando empezamos [a reunirnos] allí, vi claramente cómo había cambiado mi visión de la congregación», dijo Reznick.
«Me sentí animado para decirle a mi congregación que todos teníamos que involucrarnos y que teníamos que organizar los ministerios dentro de la congregación», afirmó. «Ahora, ya no sentimos el ministerio como una carga. La congregación se solidificó y por fin hemos aprendido a compartir la carga unos con otros».
Después de esta transformación radical, la congregación de Reznick ha estado muy activa en los preparativos del Festival Esperanza CDMX. Cada miembro está planeando traer a un no creyente al evento, con la esperanza de que las Buenas Nuevas de Jesucristo toquen sus corazones.
«Gracias a esta transformación, ahora somos una congregación activa y no pasiva», dijo Reznick. «Hemos estado muy involucrados con los preparativos de Esperanza CDMX, y estamos emocionados de ver cómo Dios se moverá a través de este Festival.
«Pero todo comenzó con ese mensaje que me ayudó a no tirar la toalla».