A principios de febrero, el pastor David Vandeput se presentó ante más de 500 líderes cristianos de toda Bélgica. Mientras adoraban, predicaban y oraban en tres idiomas, Vandeput apenas podía creer lo que veía.
El numeroso grupo se había reunido para presentar el próximo Festival de la Esperanza con Franklin Graham.
«Este es un sueño hecho realidad», dijo Vandeput a la multitud, y añadió que Dios había puesto en su corazón la gran necesidad de este tipo de cooperación entre los creyentes. «Esto es solo el comienzo».
Como presidente del Sínodo Federal Protestante, el papel de Vandeput en el gobierno belga es defender a las iglesias. Durante años, ha animado a las congregaciones locales a unirse y multiplicar el alcance de su ministerio.
«La Biblia dice que debemos “mantener la unidad” (Efesios 4:3). No dice que debamos crear unidad, porque por la sangre de Jesús ya estamos unidos», dijo Vandeput.
El próximo Festival ha brindado la oportunidad de fortalecer los lazos entre los seguidores de Cristo en toda esta nación de Europa occidental.
Ubicación estratégica
Bruselas es conocida desde hace mucho tiempo como el corazón y la capital de Europa. Es el centro de los asuntos gubernamentales, donde tienen su sede tanto la Unión Europea como la OTAN. También es un crisol de culturas, ya que más de la mitad de los residentes de Bruselas son extranjeros.
No obstante, no es una ciudad que se caracterice por la unidad.
Bélgica tiene tres idiomas oficiales: francés, alemán y holandés. Estas barreras lingüísticas pueden dividir a las iglesias e incluso a las congregaciones. Vandeput y otros líderes están haciendo un llamado a las iglesias para que miren más allá de sí mismas y se unan en nombre del Evangelio.
«No se trata de tu pequeña capilla, de tu campanario… Se trata de las personas que están perdidas fuera de tus cuatro paredes», dijo Vandeput.
«Es hora de que la iglesia salga y tenga un impacto, pero eso solo sucederá si tenemos una mentalidad de reino y si hacemos las cosas juntos».
Ese enfoque ya está dando frutos, incluso semanas antes del evento, y congregaciones que no se han comunicado entre sí en años finalmente se están conectando para llevar esperanza a su ciudad.
Listos para el arrepentimiento
Muchos líderes de iglesias están de acuerdo en que Europa está lista para la cosecha, y que ahora es el momento de hacer un llamado a los corazones preparados para que crean en Jesucristo.
Históricamente, Bélgica ha sido pionera en temas sociales de corte liberal. Fue el segundo país del mundo en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, por ejemplo, solo por detrás de los Países Bajos. Hoy en día, menos del 2 % de la población del país se identifica como cristiano evangélico.
Pero ahora, los creyentes están viendo más que nunca que los jóvenes están abiertos a involucrarse en conversaciones espirituales.
«Por un lado, parece muy difícil», dijo Allyster Taubeneck, pastor en Bélgica. «Es un terreno muy difícil, pero por otro lado, estamos viendo, en cuestión de días y semanas, frutos que no habíamos visto en 15 años de ministerio aquí».
Y los cristianos más jóvenes parecen tener una mayor pasión por alcanzar a sus compañeros. Para aprovechar el hambre de evangelización de los estudiantes, el 7 de septiembre se celebrará una conferencia juvenil en la que se animará a los jóvenes a orar por el próximo Festival y a traer a sus amigos para que escuchen el mensaje.
También se estarán impartiendo más de 90 clases del Curso de Vida y Testimonio Cristiano en toda Bélgica a fin de equipar a los creyentes de todas las edades para compartir su fe.
«Al proclamar el Evangelio en [este] centro de influencia, creemos que se producirá un efecto dominó: despertarán corazones, se inspirarán líderes y se reavivará la fe en todo el continente», dijo Vandeput.
«La esperanza no se ha perdido en Europa; está siendo reavivada en su mismo núcleo».
Franklin Graham compartirá el Evangelio con miles de personas en Bruselas el 27 de septiembre. Por favor, únete a nosotros en oración por aquellos que no tienen una relación con Jesucristo para que pongan su fe en Él como Salvador. También pide a Dios que empodere a las iglesias locales mientras oran y se preparan para el evento.
