«Busqué al Señor y él me respondió; me libró de todos mis temores».
Salmo 34:4, NVI
«Esto no ocurre aquí en Maine».
Eso es lo que los capellanes capacitados para responder en situaciones de crisis del Billy Graham Rapid Response Team (BG-RRT) oyeron decir varias veces a los residentes del condado de Androscoggin durante el fin de semana.
La pequeña ciudad de Lewiston, Maine, se tambaleaba de dolor y miedo después de que un hombre armado abriera fuego en dos lugares distintos el miércoles 25 de octubre, matando a 18 personas e hiriendo a 13 más.
Entre el viernes por la noche y el sábado por la mañana, cuando se supo que se había encontrado el cadáver del sospechoso, se levantó el toque de queda y la gente comenzó a salir y a colocar carteles que decían «Lewiston fuerte» por la pequeña ciudad que siempre ha tenido una comunidad muy unida.
El domingo, cientos de personas acudieron a la iglesia bautista de East Auburn en busca de respuestas y esperanza. «Después del tiroteo, alguien se me acercó y me dijo: “Pastor, ¿qué me pasa? Siento miedo y debilidad”», dijo Roger Cousineau, pastor principal de la Iglesia Bautista de East Auburn. «Es una respuesta normal a una circunstancia anormal. A todos nos afecta».
Cousineau predicó un sermón con base en el Salmo 34, explicando cómo David escribió este Salmo durante una época muy oscura de su vida en la que sabía que necesitaba acudir a Dios. «Busqué al Señor y él me respondió; me libró de todos mis temores» (Salmo 34:4, NVI). Aunque el pastor reconoció que muchos todavía pueden tener miedo y ansiedad, también compartió lo importante que es confiar en el Señor. «No es en el brazo del hombre donde se encuentra nuestra fuerza… debemos recurrir al Señor durante este tiempo».
En medio de todo el dolor, el pastor llamó a su iglesia a la acción. «La Biblia nos llama a dar un paso y llorar con los que lloran. Podemos mirar a Jesús como el ejemplo perfecto cuando lloró la muerte de su amigo Lázaro».
Esperanza en medio del dolor
Mientras participaban en una vigilia el sábado por la noche, dos capellanes de Billy Graham observaron a una mujer que parecía consternada. Se acercaron compasivamente a ella y, con lágrimas en los ojos, Lynn* les contó cómo esta tragedia le traía recuerdos del asesinato de su hermana gemela hace 30 años. Los capellanes escucharon y consolaron a Lynn y, a través, de la conversación, surgió la oportunidad de compartir las Buenas Nuevas de Jesucristo.
Lynn parecía dispuesta a hablar del Evangelio, pero admitió que no sabía «lo suficiente sobre cómo salvarse». Los capellanes le presentaron las Buenas Nuevas de Jesús haciendo uso del folleto de la BGEA llamado «Pasos para tener paz con Dios», y ella manifestó que quería confesar a Jesucristo como su Señor y Salvador. Los capellanes la invitaron a ir a la iglesia con ellos al día siguiente.
Después de asistir a la iglesia, el equipo le regaló una Biblia. «¡Felicidades! ¡Hoy has nacido de nuevo!», exclamó su amiga, mientras Lynn se aferraba a su nueva Biblia. Por fin comprendió que ahora era una nueva creación en Cristo.
Los habitantes de Maine dicen que son resistentes y que saldrán adelante. Pero los pastores y los capellanes oran para que esta comunidad se dé cuenta de que la fuerza duradera solo puede venir del Señor.
¿Podrías orar por todos los afectados por este tiroteo masivo, y por los capellanes de Billy Graham mientras siguen ministrando en Lewiston?
*Nombre cambiado por fines de privacidad.