Cuando Charles Gunter, agente de policía jubilado, se enteró de que cuatro agentes habían muerto y cuatro más habían resultado heridos durante un tiroteo en Charlotte (Carolina del Norte), se le partió el corazón.
Charles patrulló el mismo distrito durante 29 años y conocía personalmente a algunos de ellos. Los cuatro agentes que perdieron la vida —uno del Departamento de Policía de Charlotte-Mecklenburg (CMPD, por sus siglas en inglés) y tres de una unidad especial de los U.S. Marshals— eran esposos y padres.
Ahora, como capellán del Billy Graham Rapid Response Team (BG-RRT), Charles está sirviendo a los agentes de su propia comunidad tras esta espantosa tragedia.
Invitado por el Departamento de Policía de Charlotte-Mecklenburg (CMPD), Charles y otros seis capellanes de Billy Graham (todos ellos exagentes de policía) ofrecen atención emocional y espiritual a los 1800 empleados del departamento.
El martes por la mañana, Charles se reunió con Beth*, su excompañera en las fuerzas del orden, en el Centro de Ministerio Móvil del BG-RRT, que brinda un espacio tranquilo para orar y conversar.
Ella fue una de los muchos agentes que acudieron el lunes a la aterradora escena en la que los U.S. Marshals buscaban ejecutar una orden de detención. En lugar de ello, se encontraron inmersos en un enfrentamiento y tiroteo que duró horas.
Hace diecisiete años, Charles y Beth fueron los primeros en llegar al lugar de una tragedia similar que terminó con la devastadora muerte de dos agentes.
El tiroteo del lunes reavivó ese recuerdo para ambos, y Charles consoló a su antigua amiga con la esperanza que solo se encuentra en Jesucristo.
«Toda esta confusión y dolor por los que pasamos en la vida… vamos a superarlo», le dijo. «Dios siempre está ahí para nosotros. Él no nos va a abandonar».
Mientras los capellanes continúan ministrando en Charlotte —ciudad donde se encuentran las oficinas centrales de la Billy Graham Evangelistic Association—, Charles espera compartir con otros cómo Dios le ha ayudado a superar experiencias trágicas similares.
«Si no tienes a Dios, el mundo es demasiado triste. No puedo imaginarme no tener una relación con Jesucristo o no tener la esperanza de la salvación. Si no tienes eso, ¿qué te queda?
»Teniendo a Jesús en tu corazón y esa confianza eterna en que Él está ahí, puedes superar cualquier cosa, puedes enfrentarte a cualquier cosa», dijo.