El Equipo de Respuesta Rápida de Billy Graham (BG-RRT, por sus siglas en español) se dirige a la devastada isla de Puerto Rico para ayudar a la población local a reponerse tras el huracán Fiona.
A mediados de septiembre, Fiona tocó tierra en Puerto Rico como un huracán categoría 1, y sus fuertes vientos derribaron líneas eléctricas y dañaron tejados. Algunas zonas se inundaron con más de 30 pulgadas (76 cm) de lluvia, y al menos 1000 personas fueron rescatadas de las tempestuosas aguas.
El huracán pasó después por la República Dominicana, llegando finalmente hasta la costa de Canadá.
«Sabemos que la gente de Puerto Rico sigue luchando contra los desgarradores daños que dejó el huracán Fiona. Hemos mantenido numerosas conversaciones con la gente de la isla sobre cómo podemos ayudar, ya que nuestros corazones están cargados por todos aquellos que han sufrido grandes pérdidas», dijo Josh Holland, director internacional del BG-RRT.
«Estamos enviando un equipo de capellanes capacitados para responder en situaciones de crisis para ver cómo podemos servir mejor a la comunidad. Nuestros capellanes estarán allí para escuchar, consolar y orar con la gente mientras comienzan su proceso de recuperación».
Un equipo de ocho capellanes se dirige a la isla y comenzarán a llegar desde el domingo 16 de octubre, con planes de servir a los isleños durante dos semanas. Los capellanes trabajarán de la mano de Samaritan’s Purse —el ministerio hermano de la Asociación Evangelística Billy Graham que organiza voluntarios para reparar casas— para ayudar a los habitantes a procesar la pérdida y el dolor de la reciente tormenta.
Hace cinco años, la infraestructura de Puerto Rico quedó destrozada por el huracán María, una tormenta de categoría 4 que dejó la isla sin electricidad. Tras aquella tragedia, los capellanes de Billy Graham estuvieron presentes para ofrecer atención emocional y espiritual.
«Nos estamos asociando con las iglesias locales con las que trabajamos tras el huracán María en 2017 para satisfacer las necesidades físicas de las familias, al tiempo que les recordamos la esperanza que solo se encuentra en Jesucristo», dijo Franklin Graham. «Por favor, únanse a mí en la oración por todos los afectados por este huracán y por las familias que todavía están en el camino de la tormenta».
Fiona ha puesto la isla en grandes dificultades e incluso ha inundado algunas casas que fueron reconstruidas tras el huracán María.