Capellanes llevan la paz de Cristo tras las inundaciones en Nueva York

Anthony y Cathy Angilletta, capellanes de Billy Graham, ministran a una mujer después de que severas inundaciones dejaran grandes daños en Highland Falls, Nueva York.

Los capellanes del Billy Graham Rapid Response Team (BG-RRT) están ministrando en Highland Falls, Nueva York, donde las inundaciones de la semana pasada dejaron kilómetros de devastación. Miles de personas se vieron afectadas y muchas perdieron sus hogares. Además, la comunidad está de luto tras la muerte de una mujer de 43 años que se ahogó cuando intentaba escapar de su casa inundada.

Los capellanes han estado ministrando en el nombre de Jesús, consolando a los residentes y ofreciendo la esperanza que solo puede encontrarse en Él.

Los coordinadores del equipo de capellanes en Nueva York, Dwight y Roxanne Wolgemuth, compartieron recientemente historias de otros capellanes sobre todo el ministerio que han podido llevar a cabo en tan poco tiempo.

Una familia encuentra la salvación

Los capellanes de Billy Graham Anthony y Cathy Angilletta tuvieron la oportunidad de compartir el Evangelio con una familia mientras algunos voluntarios limpiaban su casa inundada.

Mientras hablaban de las dificultades a las que se habían enfrentado tras la inundación, la pareja de capellanes le explicó a la familia cómo todos podemos tener paz con Dios si aceptamos el mensaje de Jesucristo en nuestros corazones y tenemos una relación personal con Él. 

Al inicio de la conversación la abuela se veía claramente angustiada; sin embargo, su actitud se fue relajando a medida que compartía sus penas con los capellanes y escuchaba el mensaje que ellos compartían. Cuando Dios obró en su corazón a través de la conversación, ella decidió recibir a Cristo en su corazón y oró para entregarle su vida.

Su hijo y su nieta adolescente también aceptaron a Jesucristo en sus corazones ese día. El rostro de la adolescente brillaba de gozo mientras aferraba la Biblia que los capellanes le entregaron. Le dijo a todos: «¡Jesús es mi Salvador!».

Se fue con esperanza

Brad,* otro residente de la zona, se acercó a los capellanes. Se sentía al borde del colapso después de haber dormido un promedio de cuatro horas cada noche de esa semana. Como paramédico de Highland Falls, fue uno de los pocos que estuvo de guardia esa semana, ya que otros de sus compañeros se apresuraron a atender sus propias emergencias a causa de las inundaciones. Mientras tanto, su propia casa estaba llena de lodo y escombros.

«Estaba tan abrumado y estresado por todo que apenas podía hablar», dijo Roxanne. Al ver esto, los capellanes organizaron que un equipo de voluntarios ayudara a limpiar la casa de Brad.

Cuando Dwight y Roxanne mencionaron que ambos eran paramédicos jubilados, Brad los miró fijamente. «Me entienden entonces», dijo, emocionado por enterarse de que esta pareja realmente podía identificarse con sus problemas.

Las lágrimas corrían por su rostro mientras los capellanes oraban con él y lo animaban. «Su forma de caminar al salir era diferente que cuando entró», explicó Roxanne. «Cuando llegó estaba derrotado, pero se fue con esperanza».

Jesús: el ancla inamovible

Cuando acudió a los capellanes de Billy Graham en busca de ayuda, Wendy* sentía como si llevara el peso del mundo sobre sus hombros.

Como empleada de servicios de salud, le encanta ayudar a los demás. Pero tras haber perdido su casa en la inundación y tratar de dividir su tiempo entre atender a sus vecinos y a sus padres ancianos, Wendy estaba desanimada y cansada.

«La vida no se detiene», dijo Roxanne al relatar su conversación con Wendy. La capellana describió el inmenso estrés que puede causar una catástrofe inesperada. «Las cosas que ya estaban pasando antes de que llegara la tormenta siguen ahí, y todo se vuelve catastrófico».

Cuando Roxanne le preguntó a Wendy cómo estaba sobrellevando la situación, la mujer no pudo contener las lágrimas. La capellana comenzó a orar con ella, y durante largo tiempo las lágrimas no dejaron de correr por su rostro. Los capellanes la animaron a creer que Jesucristo está presente aun en los momentos difíciles, y que solo Él es el ancla inamovible capaz de sostenernos en cualquier tormenta. 

>>Por favor, únete a nosotros en oración por Brad, Wendy y tantos otros afectados por este desastre, para que encuentren paz y esperanza en Jesucristo.

*Nombres cambiados por razones de privacidad.

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