El 3 de junio, Franklin Graham compartirá el Evangelio en un evento de aniversario que conmemorará la histórica Cruzada de 1973 de su padre, Billy Graham, en Seúl (Corea del Sur). Will Graham también proclamará el mensaje de las Buenas Nuevas en un evento para estudiantes el 2 de junio.
A finales de la primavera de 1973, Billy Graham se puso de pie frente a la multitud: más de un millón de personas que se reunieron en una pista de aterrizaje utilizada durante la Guerra de Corea. Era la mayor multitud a la que jamás había predicado en persona.
«Fue tan increíble que apenas podía asimilarlo», recordó Billy Graham más tarde.
Sucedió el 3 de junio de 1973, el último día de su Cruzada en Seúl, Corea del Sur. Durante la Cruzada de cinco días, 3.2 millones de personas acudieron a escuchar al predicador estadounidense. Muchas de ellas tuvieron que caminar largas distancias para llegar a la sede.
La gente estaba hambrienta de esperanza tras años de ocupación japonesa, guerra, pobreza, y en medio de la transición para convertirse en la República de Corea.
Billy Graham habló de un Dios vivo, algo que muchos en esta nación nunca habían oído. Su intérprete, un joven pastor llamado Billy Kim, interpretó con pasión las palabras y los gestos de Graham, y cuando el evangelista invitó a la multitud a recibir a Cristo, muchos oraron para entregarle sus vidas. En total, 75 000 personas tomaron esta decisión que cambió sus vidas durante el evento masivo.
El histórico acontecimiento alteró el panorama espiritual de esta frágil nación, impulsando un auge de nuevas iglesias y fieles seguidores de Cristo. En las cinco décadas transcurridas desde entonces, el número de cristianos en Corea del Sur se ha triplicado.
El mes que viene se cumplirán 50 años del acontecimiento, y el pastor Kim presidirá un evento de aniversario en el Estadio de la Copa Mundial de Seúl el 3 de junio para celebrar lo que Dios hizo a través de aquella inolvidable Cruzada. Franklin Graham proclamará las mismas Buenas Nuevas que su padre compartió décadas antes, mientras que Will Graham se dirigirá a los estudiantes de Seúl en un evento evangelístico el día anterior.
‘Quería una vida diferente’
«Todavía puedo oír su voz en mi memoria», recordó Mi-sook*.
Desde donde estaba sentada, la niña de 9 años no podía ver la cara de Billy Graham, pero recuerda que sus palabras sonaban fuertes y con «eco« a causa de los altavoces.
«Si estás dispuesto a renunciar a todos los demás dioses, ponte de pie», dijo Billy Graham. Se hizo silencio entre los 1.1 millones de personas apiñadas que escuchaban el mensaje por medio de altavoces colocados a lo largo de la kilométrica pista.
Al tomar la decisión de recibir a Jesucristo, muchos tendrían que abandonar creencias budistas largamente arraigadas y posiblemente serían rechazados por sus familiares.
Sin embargo, uno aquí y otro allá, algunos comenzaron a ponerse de pie. De pronto, eran miles los que habían dejado sus asientos y habían comenzado a orar, pidiéndole a Dios que perdonara sus pecados y expresando su deseo de rendir sus corazones a Cristo.
Mi-sook había tomado esa decisión ese mismo año, cuando un vecino la invitó a la iglesia.
«Escuché el Evangelio y que Jesús había muerto por mí», dijo. «Una vez que oí esa historia, eso fue todo. Mi vida cambió.
»Ir a la iglesia era lo único que quería hacer».
A pesar de que sus familiares eran budistas devotos, la niña caminaba 30 minutos en la oscuridad todas las mañanas para asistir a una reunión de oración a las 4:30 a. m. en una iglesia cercana.
En los servicios de oración nocturnos de los viernes, Mi-sook oraba toda la noche. «Mi situación familiar no era buena», dijo. «Allí [en la iglesia] había mucha paz, y yo quería una vida diferente».
Tras marcharse de casa a los 16 años, Mi-sook pronto cayó víctima de la trata de personas.
«Quería suicidarme», dijo. Por la noche, cuando la dejaban salir, Mi-sook caminaba hasta un faro cercano. «Había grandes olas y yo solo quería lanzarme al agua», dijo.
Entre lágrimas, Mi-sook recordó lo mucho que significaba el Evangelio para ella y cómo fue ese mensaje el que evitó que acabara con su propia vida. «Dios me sacó de allí», explicó.
Cuando consiguió su libertad, ella se trasladó a Estados Unidos, donde conoció a su marido. Juntos, criaron a sus cuatro hijos en el camino de Cristo.
Cuando se enteró de que Franklin Graham volvería a Seúl para esta gran celebración de aniversario, la profesora de escuela dominical se quedó helada.
«No podía imaginar que vería a una nueva generación [escuchar el Evangelio] de la mano del hijo de Billy Graham», dijo. «Al igual que su padre, [Franklin Graham] está trabajando por el reino de Dios».
A pesar del dolor de la infancia y juventud de Mi-sook, hoy tiene esperanza gracias a Jesucristo. Y también tiene fe en que Él utilizará su pasado para la gloria de Dios ahora y en los días venideros.
«Si Dios puede utilizar mi historia para su Reino, estoy dispuesta. Lo que Él vaya a hacer con ella, es decisión suya».
*Nombre cambiado por motivos de privacidad.