A pesar del frío inesperado, más de 9000 personas se abrigaron y acudieron el martes por la noche a la tercera parada de la gira God Loves You Tidewater Tour en la ciudad de Elkton, Maryland, en la región conocida como Tri-State.
«Quiero que sepan que esta noche pueden volver a casa con su Padre que está en los cielos», dijo Franklin Graham, cuyo mensaje se centró en la historia del hijo pródigo de Lucas 15. «Mucha gente está corriendo. Mucha gente está huyendo. Buscan un propósito y un sentido a su vida».
Estas palabras atravesaron el corazón de Janette. La mujer, de 35 años, estaba sentada sola en el abarrotado recinto ferial, escuchando cada palabra.
Apenas unos meses antes, los médicos le habían dicho que se estaba muriendo. En la cama del hospital, Janette le pidió a Dios que la ayudara. Y Dios respondió a su oración dándole más tiempo.
Sabía que Dios era real, pero seguía sintiéndose agobiada por el pecado en su vida.
«Puedes ser perdonado. Tu alma puede estar a salvo y segura en las manos del Dios Todopoderoso», dijo Franklin Graham. «Ven esta noche a Cristo, y Él nunca te dejará».
Mientras Graham ofrecía a los presentes una invitación a tomar la decisión de rendir sus vidas a los pies de Cristo, Janette se puso de pie. Estaba lista para que Dios levantara su carga y le pidió a Jesucristo que fuera su Salvador.
Un asunto familiar
Lucy y su hijo David, de 14 años, se unieron como voluntarios el martes por la noche. Después de enterarse del evento en la iglesia, David se inscribió en el Curso de Vida y Testimonio Cristiano para poder recibir capacitación para ser voluntario de oración.
«La iglesia dijo que necesitaban voluntarios de todas las edades, y yo quería poder orar con los demás», dijo. Al final de la noche, David pudo orar con varias personas que tomaron la decisión de seguir a Cristo.
Lucy, por su parte, estaba agradecida de que la gira hubiera llegado a la pequeña ciudad de Elkton. Ella y su hija que estudia en la universidad habían repartido volantes en su vecindario e invitaron a todos los que pudieron al evento.
«Creo que lo que nuestra nación realmente necesita es un avivamiento», dijo Lucy. «Todo el mundo está haciendo su parte con un gran evento como éste».
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Llenar el vacío
«Hay algunos aquí esta noche que saben que les falta algo», dijo Franklin Graham. «Tienen un vacío, un vacío que han estado buscando [llenar] toda su vida».
Sentada junto a su hermana entre la multitud, Clara sintió como si las palabras estuvieran dirigidas directamente a ella. Llevaba años sintiéndose vacía por dentro y acudió al evento en busca de respuestas.
«Solo hay Uno que puede llenar ese vacío, y es Dios. Él te hizo y Él te ama. Él llenará ese vacío si vienes a su Hijo Jesucristo con arrepentimiento y fe», dijo Franklin Graham.
Cuando el evangelista invitó a la gente a responder a Cristo, Clara se puso en pie junto con su hermana y cientos de personas más entre la multitud.
Aishani, una de las voluntarias de oración, compartió con Clara: «Dios es tu proveedor, tu sanador, tu consolador. Solo Él puede llenar ese vacío que hay en ti. Solo tienes que orar a Jesús».
Cogida de las manos de Aishani, Clara oró para entregar su vida a Cristo. A su lado, su hermana había tomado la misma decisión.
El amor de Dios era la respuesta que habían estado buscando.