Cómo orar por la iglesia de Ucrania

Personas reciben alimentos en Irpin, Ucrania, en una iglesia que sigue ejerciendo su ministerio a pesar de los devastadores efectos de la guerra.

«No tengas miedo. Te necesito aquí». 

Al comienzo de la guerra entre Rusia y Ucrania, Leonid Lavryk, pastor de la Iglesia de la Santísima Trinidad de Ternopil (Ucrania), sintió que el Señor le dijo estas palabras.

Las puertas de la iglesia llevaban abiertas apenas un mes, y a medida que Ternopil se convertía en refugio para miles de desplazados, Lavryk veía con mayor claridad lo que el Señor tenía planeado para su iglesia. «Esta gente busca la paz», dijo. «Había tantas oportunidades para nuevos ministerios… Aprovechamos el momento y abrimos nuestros corazones al llamado de Dios para servir a la gente». 

La iglesia Santísima Trinidad empezó a trabajar al servicio de los soldados heridos, los inmigrantes y las personas vulnerables de su comunidad.

Todo el mundo en Ucrania ha sido afectado por la guerra de una u otra manera. En los dos últimos años, desde que Rusia invadió su país, miles de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares. Mucho otros han perdido a seres queridos en violentos bombardeos, ataques con misiles y tiroteos; o ellos mismos han sido torturados o heridos. Tras la invasión y ocupación rusas, ciudades ucranianas como Izyum e Irpin no son más que cascarones calcinados de lo que un día fueron.

Las iglesias de Ucrania se enfrentan a nuevos y difíciles retos en su intento de ser las manos y los pies de Jesús en una nación profundamente herida. Sin embargo, han notado que la oscuridad trajo consigo un rayo de esperanza: el caos de la guerra ha llevado a la gente a dejar de lado las preocupaciones por cosas materiales para buscar en cambio la verdad y la ayuda que solo pueden encontrar en Jesucristo. 

En Irpin, la «ciudad héroe» de Ucrania, no lejos de la capital de la nación, la Iglesia Bíblica de Irpin sirvió de refugio antiaéreo y comedor para cientos de personas mientras Rusia ocupaba su ciudad en marzo del año pasado. Las fuerzas militares rusas dejaron a su paso destrucción y muerte: más de la mitad de la ciudad destruida y cientos de civiles muertos. El pastor Serhiy Sologub le sugirió a su mujer, Tanya, y a sus tres hijos que buscaran refugio en la casa de sus amigos en Eslovaquia. Pero Tanya no quiso dejar a su esposo en la ciudad. «Ella y mis hijos se quedaron conmigo, y eso me apoyó en el ministerio», dijo.

«¡Consérvanos fuertes, Señor, guárdanos según tu misericordia, y ayúdanos a dar testimonio de Ti a mucha más gente!».

 Pastor Serhiy Sologub, Iglesia Bíblica de Irpin

Un número creciente de hombres de la Iglesia Bíblica de Irpin han sido reclutados por el ejército. Algunos de ellos han muerto, dejando atrás a sus viudas y familiares. Además, muchos miembros de la iglesia y de la comunidad han resultado heridos por el fuego de los cohetes, mientras que sus casas han sido destruidas o han sufrido daños considerables. 

Sin embargo, a pesar de la adversidad, la iglesia mantiene la mirada puesta en las Buenas Nuevas de Cristo y en la ayuda práctica.

Izyum fue ocupada por las fuerzas rusas durante cinco meses en 2022. Durante ese tiempo, destruyeron la infraestructura de la ciudad, y mataron y torturaron a sus habitantes. «Los cohetes destruyeron el edificio… la ciudad está en ruinas», declaró el pastor Vitaly Ostapenko, de la Iglesia Nueva Vida de Izyum. «La mayor parte de los miembros de la iglesia se vieron en la necesidad de mudarse … [Pero] la gente aprende la Palabra de Dios, y estamos evangelizando».

«Algo está cambiando», afirmó Ostapenko. «La gente ha visto que todo puede perderse en un momento, incluida la vida… La gente se ha interesado por el Evangelio y hace preguntas». Ostapenko, quien tiene hijos y nietos, añadió: «No tenemos un empleo, pero gracias a Dios tenemos algo por lo que vivir. Dios cuida de nosotros».

En Kropyvnytskyi, 300 kilómetros al sur de Kyiv, la Iglesia Nueva Vida de la Asociación Evangélica Bautista trabaja para atender a los desplazados que han acudido en masa a dicha región. «Gracias a Dios, Kropyvnytskyi y otros lugares de la región de Kirovohrad no están tan cerca de las zonas de conflicto», dijo el pastor Serhii Teslenko. «Al menos por hoy». Solo dos de los quince miembros de la iglesia abandonaron la zona —uno de ellos fue un joven que se unió a las Fuerzas Armadas Ucranianas—. 

Distribución de provisiones y despensas en la Iglesia Bíblica de Irpin.

«En estos momentos se está produciendo una “siembra” espiritual, pero al mismo tiempo hay una gran guerra espiritual por las almas humanas», afirmó Teslenko. Es difícil discernir si la gente de la comunidad está realmente abierta al Evangelio, o simplemente sigue viniendo solo por comida y artículos de primera necesidad. Y conforme pasa el tiempo, son cada vez menos los que vienen por provisiones —y mucho menos los que vienen a escuchar el Evangelio—. «Creo que mucho depende de la disposición de la iglesia local a ayudar a la gente a encontrar a Dios», afirma, «para que su apertura (o cerrazón) no sea a nivel emocional, sino más profundo, espiritual».

Sin embargo, Él afirma que las estadísticas generales son alentadoras en el sentido de que «un gran número de personas acuden abiertamente a las iglesias, no solo para obtener alimentos y otros tipos de ayuda, sino también para buscar la misericordia de Dios y la salvación en Jesucristo». A través de las penurias de la guerra, «Dios llama a los corazones de todas las personas para que le presten atención a Él, a su voluntad soberana, a su Palabra y a su Iglesia». 

La Iglesia Nueva Vida se ha convertido en una especie de cuartel general para planificar, organizar y prestar ayuda a la comunidad. «Por supuesto, vemos en esto la voluntad de Dios en el sentido de ampliar las oportunidades para que la gente oiga hablar de Jesucristo». 

Por favor, ora junto con los pastores de Ucrania:

  • Para que más personas lleguen a un conocimiento verdadero de Jesucristo como su Salvador.
  • Para que los creyentes y los pastores dispongan del tiempo, las finanzas y los obreros necesarios para servir al Señor, y no se fatiguen por las dificultades.
  • Para que el Señor sane las almas heridas, proteja a los que luchan y ponga fin a la violencia.
  • Por la próxima generación de ucranianos, ya que cada vez más hombres son reclutados por el ejército y dejan atrás a sus esposas e hijos.
  • Por las iglesias de las regiones más afectadas por la destrucción, para que tengan lugares seguros y fijos donde reunirse, y puedan servir como refugio y ministerio en sus comunidades.
  • Como oró Sologub: «¡Consérvanos fuertes, Señor, guárdanos según tu misericordia, y ayúdanos a dar testimonio de Ti a mucha más gente!».

©2024 BGEA. Artículo publicado originalmente en inglés en Decision Magazine.

Traducción de citas de ucraniano a inglés por Maria Tkachuk, responsable del programa de capellanes del Billy Graham Rapid Response Team de la BGEA en Ucrania.

Traducción de inglés a español por BGEA.

Foto: Cortesía de la Iglesia Bíblica de Irpin