Corazones deciden seguir a Jesús tras el huracán Otis de Acapulco

Desde el paso del huracán Otis, los capellanes de la Billy Graham Evangelistic Association (BGEA) han orado con más de 2000 personas en Acapulco, México. Más de 250 han tomado la decisión de entregar sus vidas a Jesucristo.

Muchas personas de Acapulco, México, siguen sufriendo las consecuencias del terrible huracán categoría 5 que arrasó su ciudad el pasado 25 de octubre.

«Hay mucha gente que duerme a la intemperie bajo lonas porque el huracán se llevó el tejado de su casa», dijo Manny Castro, capellán del Billy Graham Rapid Response Team (BG-RRT), que regresó recientemente de Acapulco.

«Cientos de personas hacen cola todos los días durante horas para conseguir un refrigerador y un colchón que el gobierno está repartiendo».

Veinticinco capellanes han atendido a la gente de Acapulco mientras intentan reconstruir sus vidas en medio de la inmensa destrucción que les rodea.

Una familia —un matrimonio y el padre de ella— se protegió bajo un mueble de su casa mientras el huracán arrancaba el tejado.

Aunque estaban agradecidos por haber sobrevivido a la tormenta, compartieron con los capellanes que se preguntaban por qué Dios permitió que ocurriera un huracán tan terrible.

Castro les habló de la esperanza que podemos tener en el amor de Dios, incluso cuando nuestras circunstancias son dolorosas y difíciles de entender.

Mientras los guiaba a través de un pequeño folleto que explica los Pasos para tener paz con Dios, los tres miembros de la familia decidieron que querían rendir sus vidas, arrepentirse de sus pecados y comenzar a seguir a Jesucristo.

Dios no olvida

«Al principio, la gente de aquí no tenía mucha esperanza», explicó Castro.

«Ahora se muestran más esperanzados. Saben que los capellanes están aquí para ayudarles, para darles amor, y les anima que estemos aquí».

>> Franklin Graham celebrará un Festival de Esperanza en la Ciudad de México los días 17 y 18 de febrero.

Los capellanes ofrecieron atención emocional y espiritual a quienes recibían provisiones de la organización hermana de BGEA, Samaritan’s Purse, tales como lonas, mosquiteros y clavos, así como lámparas y cargadores de teléfonos móviles alimentados con energía solar.

Un residente con el que habló Castro dijo: «Gracias por estar aquí. Pensábamos que Dios se había olvidado de nosotros».

>> Por favor, únete a nosotros en oración para que mucha gente de Acapulco conozca a Jesucristo, y por los capellanes que sirven incansablemente en ese puerto.